Zerkalo - Andrei Tarkovsky (1975)

El espejo es un filme espectacular y extraño, una obra maestra que puedes ver en YouTube. Sé que mucha gente encuentra el cine de Tarkovsky aburrido o lento. Hollywood nos ha educado en la velocidad y lo digerible, de modo que decir eso sólo es reflejo de que el imperio hace bien su trabajo.  Tarkovsky es el antídoto, la otra mirada, el lado oculto de la luna. Este director te obliga a ver el cine en otro canal. No puedes apagar tu mente y dejarte llevar. Te obliga a sentir, a estar en la película, a explorar el aquí y ahora. A sumergirte en las imágenes mientras tu cabeza busca tierra firme. La urgencia de entender surge del desconcierto que provoca la experiencia sensual. Las emociones brotan como resultado de encontrase perdido. Sólo concluida la experiencia es posible examinarla para encontrar un significado. Si es necesario calificar el cine de este director, es necesario usar más de un adjetivo. Hipnótico, filosófico, onírico y misterioso son las palabras que vienen a mi mente. 

El espejo, creo yo, habla sobre el infinito ciclo de la vida y muerte desde un punto de vista místico. El tiempo no es  lineal, la vida no ocurre únicamente durante la vigilia, no existe una frontera entre los vivos y los muertos, la realidad, el recuerdo y el sueño. Todo es un proceso, un movimiento continuo y eterno. 

Una taza ausente no termina de irse mientras haya evidencia de su paso por la mesa. Los humanos no entendemos el mundo porque insistimos en ver la vida como una colección de objetos desconectados. No entendemos que las fronteras no existen porque la realidad es una sola, compacta, indivisible, sin lugar para la multiplicidad de entidades aisladas que imaginamos. 

Las palabras nos enseñan a pensar en la realidad como bloques de lego. Sin embargo, es imposible determinar dónde exactamente termina algo y comienza otra cosa. En El espejo, la infancia empapa toda la vida, es una habitación de la que nunca salimos o a la que nunca pudimos entrar, la infancia es el destino y la patria. 

El verdadero milagro es la espiral ascendente, el muerto que reencarna en un ave, el viento que sopla y el fluir del agua. Dios está en todas partes. Hoy eres a la vez el niño, el adolescente, el adulto y el anciano. Todos ellos están hoy en ti y seguirán en el mundo por toda la eternidad.

Yo sé que todo el mundo está pendiente de la próxima película de Marvel. Yo también las disfruto.  Hoy haz una excepción, escápate de lo ordinario. Prepara la cafetera, relájate y hazte un favor: vence la inercia, mira esta película y cuando termine intenta olvidarla. Te reto. (Ab.)