Girl - Lukas Dhont (2018)

Ayer tuve la desgracia de ver una de las peores películas que Netflix tiene en su catálogo. Girl es un filme técnicamente impecable pero incoherente y de sospechosas intenciones. Primero lo bueno. Las virtudes incluyen una fotografía luminosa que muestra los bellos cuerpos de las bailarinas. Cuenta con buen ritmo, actuaciones buenas, una historia que se sostiene sin tirarse al drama y que transcurre fluida logrando capturar la atención sin ser totalmente predecible. Durante casi todo el desarrollo se mantiene una mirada objetiva que muestra el deseo de Víctor de convertirse en mujer y lo confronta con las situaciones que debe enfrentar no sólo al interior de su familia sino en la escuela de ballet a la que asiste. El retrato es verosímil y quizá incluso satisface el morbo de asomarse al día a día de un joven transgénero. Una curiosidad destacable es que tanto el padre taxista como el hijo son políglotas y que la película pasa del francés, al inglés al flamenco con facilidad. Hasta allí todo va bien.

Ahora lo malo. Lo primero es el título. El nombre escogido nos presenta a Víctor como una muchacha. En contraste, el contenido de la cinta muestra con claridad que el hecho de querer ser un ángel y buscar la manera de obtener unas alas, no me convierte en el arcángel Gabriel.  Incluso si me son implantadas dichas alas y obtengo la facultad de volar, seguiré siendo humano. Mi esencia biológica no puede ser modificada. De modo que el título resulta engañoso y su intención desvirtuada.

Por otra parte, resulta inverosímil que un taxista decida matarse trabajando para pagar todos los caprichos de su hijo transgénero. Lo cambia a la mejor escuela de ballet del país, le paga la terapia hormonal y lo acompaña a todas las citas. Quizá está supliendo la ausencia de la madre,  no lo sé, el filme no se toma la molestia de explicar el contexto. Otro asunto que llama la atención es que Víctor comienza a fantasear con el asunto de la metamorfosis y ello no genera conflictos fuertes en el entorno del personaje. El muchacho está fuera de sí, se está haciendo daño, discute con su hermano y con su padre, pero la vida sigue tranquila. El padre es excesivamente comprensivo, en la escuela todos parecen aceptar su situación, la presión social es insignificante y el tipo es asexual, de modo que hasta los fracasos amorosos evita. Los problemas que enfrenta  son tratados con ligereza provocando la sensación de que su proceso es demasiado fácil. Para colmo cae en el lugar común de la felación para evitar ser descubierto.

En otras palabras, el filme se centra en mostrar que el problema principal de Víctor es que no sabe controlar sus impulsos pero lo hace sin contundencia. Nadie parece notar que el joven tiene problemas psicológicos fuertes que requieren atención. El padre nunca utiliza su autoridad ni sirve como contrapeso a la prisa del muchacho. Ni siquiera el consejero psicológico parece notar el estado mental del muchacho. Todo lo anterior significaría peccata minuta si el final de la historia lo sostuviera. No es así. El final es absolutamente extraño e ilógico. Resulta que, aunque Víctor recibe el mejor tratamiento posible, se desespera y con un trapo en la boca decide cortarse el pene y los testículos en su habitación utilizando unas tijeras barrilito. Claro está que el tipo deja la puerta abierta y llama antes a los servicios de emergencia. En ese momento uno piensa que lo lógico es que Víctor pague su locura con la vida. Antes los médicos se negaron a realizar la operación por el frágil estado de salud en que se encuentra el paciente.  Sorpresa, sorpresa. Víctor no se muere y por el contrario se recupera y esboza su primera sonrisa como Lara.

¿Qué pretende este filme? Quizá busca animar a los adolescentes transgénero a realizar un acto de mutilización casera desoyendo los consejos de los profesionales de la salud. No lo creo. El resto del filme da la impresión de querer apoyar a las personas en esa situación. Sin embargo,  el mensaje es: Si quieres deshacerte de tu pene, hazlo tú mismo. En mi opinión esa postura no sólo es absurda, es peligrosa. (Ab.)