La niñas bien - Alejandra Márquez Abella (2019)

Las niñas bien es un filme que se supone basado en la novela del mismo título escrita por Guadalupe Loaeza en 1987. Yo leí ese libro hace veinte años y nada recuerdo, sólo tengo la impresión de que fue divertido. Este filme cuenta un breve periodo de la vida de Sofía paralelo a la crisis de los ochenta, e incluye la declaración absurda de JOLOPO de defender al peso como un perro. La película acompaña a su protagonista en su vida diaria, la observamos en las fiestas, el salón de belleza, el club deportivo, las tiendas departamentales y los restaurantes; sin embargo, nada de ello resulta ligero. La tensión se va acumulando porque la crisis económica es una nube cuya sombra persigue a Sofía. Todo el tiempo estuve esperando la tormenta, el desastre. No hay tal cosa, hay golpes, pero nada devastador, todo queda en una lluvia. Después esperaba el final feliz y me quedé con las ganas. Nunca sale el sol, apenas se asoma a lo lejos un rayito entre espesas nubes negras. Este es el mayor acierto de la película, no cumple nuestras expectativas y no tiene piedad de su personaje. 
La película se construye alrededor de Ilse Salas cuya interpretación muestra talento y carisma. Ella vive este filme, se luce, convence y seduce, cuando dice "no digas provechito" dan ganas de comérsela a besos. Claro, antes hay que lavarle los dientes porque su personaje fuma todo el tiempo. Las niñas bien son bien cabronas, se burlan de todo el mundo y hacen lo que tiene que hacer para mantenerse de pie sobre su pedestal.
Hoy leí el poema Recuento I de Arturo Trejo, que tiene más o menos el mismo espíritu del filme. Copiaré algunas frases: Porque éramos muchos y ahora somos menos. Porque no hemos aprendido a vivir sin tropezar. Porque nuestros amigos "no eran amigos de nuestros amigos, ni siquiera amigos nuestros". Porque no estamos satisfechos. Porque no logramos nada. Porque el país se acaba y aquí no hay embajada de México para asilarnos. Porque la amistad es la sombra que nos cobija.  
Así es la película, esa fue la angustia que me provocó. Vivimos de ilusiones que bien miradas son pendejadas, vivimos de la fe en los otros y la traicionamos, vivimos en una burbuja que se rompe y sólo al tocar fondo descubrimos quienes somos. 
Sufrí la cinta. Me hizo recordar muchas cosas. En  el 82 tenía once años, el PRI era para mí era el monstruo invencible, el bastardo de la Iglesia Católica y la aristocracia nacional.  México es un país muy extraño. Con mi familia salía en el coche en busca de leche fresca. Mi padre ganaba muchísimo dinero que no alcanzaba para nada. Para colmo, la gente fumaba hasta en los hospitales.
Por otra parte, hay un sonido de palmas que acompaña al filme y que colabora a crear tensión, un detalle muy acertado. Además de eso, la música es salvaje. Escuchar la voz de Nelson Ned me transportó a los largos viajes en carretera que marcaron mi adolescencia. Escuchar a Julio Iglesias me pone mal, me hace sentir que debo dinero y que pronto llegará el temblor del 85.
Si Roma (2018) les pareció un buen retrato de México, échense un clavado en esta película. Dejen de soñar. Olviden la nostalgia. Recuerden con verdad, rompan el filtro de "todo tiempo pasado fue mejor". Este filme es una grata sorpresa. Ojalá tenga mucho éxito.  (Ab.)

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