Tetris - Jon S. Baird (2023)

 

TETRIS en AppleTV es una cinta de espías estupenda. Me había rehusado a verla porque nada sabía de ella, no soy aficionado a los videojuegos y después de ver The Super Mario Bros. Movie (2023) no quería ver más de lo mismo. Pero Tetris, aunque trata sobre la patente y los derechos de venta del juego, no se mete al video juego, mundo que resultaría demasiado abstracto, y tampoco se queda en la mercadotecnia. TETRIS es una buena cinta que se mueve en el mundo real. Si bien parte del punto de vista comercial, también habla sobre  política. El autor del video juego es un ciudadano de la URSS y no tiene derecho a regalías. Se le reconoce como autor, pero no puede recibir beneficios económicos por su invención, ese dinero se lo roban los funcionarios públicos bajo pretexto de que es para el pueblo. De modo que la burocracia del partido se encarga de las negociaciones y no son tratos libres de corrupción. La película se pone tensa cuando Henk Rogers, el interesado en comprar los derechos para comercializar el juego en aparatos portátiles, viaja a Rusia y el sistema muestra los dientes tanto a Henk, como a Alekséi Pázhitnov, creador del juego y sus respectivas familias.

Esta cinta merecía mucha más difusión de la que obtuvo. Mostrar con sencillez lo fácil que resulta abusar de la población en un sistema totalitario es digno de elogio. Pero la gente que nunca ha vivido o visitado un país del bloque soviético, no entiende el peligro y califica o descalifica esto como propaganda yanqui. Los burros rebuznan.

Taron Egerton se luce, Toby Jones es genial, pero la tensión se logra al incluir una buena selección de actores rusos y japoneses  que dan realismo a las escenas. Hay una sola secuencia de acción pero está muy bien realizada. Además las animaciones entre capítulos son muy divertidas. 

 Las mentiras y la fe absoluta en el éxito del juego son una combinación peligrosamente explosiva. Si piensas en la trama, el mundo era mejor, más ingenuo. Hoy hubieran hecho el negocio sin obtener los derechos y se hubieran arreglado en tribunales. Quizá al miedo a desatar una guerra nuclear por una tontería era demasiado tangible. Pero no hay dudas de que estaban dispuestos a matar por dinero. (Ab.)

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