Si sientes curiosidad por ver Cassandro en Amazon, es mejor que leas esta reseña antes de invertir poco menos de dos horas de tu vida. 1) Aunque el director es gringo, la cinta se siente totalmente mexicana. No sólo por la presencia de Gael y el omnipresente Joaquín Cosio, también por el horrible Palacio de los Deportes y el hijo del Santo, pero sobre todo porque la fotografía tiene esa calidad mediocre de telenovela y la historia sufre la ausencia de un clímax contundente. 2) Si quieres ver la historia de un hombre gay, dominado por su madre, abandonado por su padre, que logra salir adelante a pesar de su adicción a las drogas y su pésimo gusto en parejas, sería mejor ver Rocketman (2019). 3) Gael muestra carisma y le echa muchas ganas, pero su talento no basta cuando el guión y la realización son deficientes. 4) Es una cinta hecha para atender a públicos específicos que estén enganchados con temas de moda: las luchas y la homosexualidad. 5) Resulta inexplicable e irrelevante la inclusión de Bad Bunny. Si eres fan de las luchas supongo que encontrarás algunos detalles que llamen tu atención. Nunca he asistido a las luchas y está cinta no logró que sienta ganas de hacerlo. Confirmo que su ambiente luce triste y sucio, nada atractivo.
Las peleas son presentadas como espectáculos improvisados, apenas muestran el entrenamiento necesario para la práctica del deporte y no muestran los ensayos ni la disciplina del teatro. El asunto está tan desprovisto de misterio que durante una lucha el empresario se acerca para comunicar a los enmascarados quién ganará.
A pesar del guión poco pulido. Los actores dan la cara por el proyecto. Roberta Colindrez tiene poco tiempo pero dan ganas de verla más. Tanto Gael como Raúl Castillo muestran convicción al hacer una escena de sexo demasiado gráfica y desagradable. Mención especial merece el trabajo de Perla de la Rosa interpretando a la madre de Cassandro. Ella se roba la película y logra que Cassandro sea interesante. Gracias a ella se entiende el comportamiento del protagonista. Sin su presencia cómplice la película se desbarata.
La historia no es buena, cierra con una escena que podría omitirse e incluye detalles irrelevantes. Por ejemplo, Cassandro acude con su entrenadora a la primera pelea y eso pretende mostrar el machismo del empresario, pero dejar fuera a la mujer tiene sentido porque podría convertirse en un costoso intermediario entre el empresario y el luchador.
Otro ejemplo. A pesar de que algunos luchadores mencionan, en más de una ocasión, el buen carácter del Hijo del Santo. La cinta lo muestra como un perdonavidas que se atribuye el éxito de Cassandro y aprovecha el numerito para ganarse al público gay.
Último ejemplo. La declaración del chico gay con su papá en la entrevista tiene por objeto recordarnos que Cassandro no ha arreglado las cosas con su padre y sugiere que el luchador es un modelo a seguir. Cassandro no es ejemplar: tiene problemas emocionales, consume drogas en plan recreativo de manera irresponsable y su relación afectiva es destructiva. Además, la relación con su padre ya no le interesa y no hacía falta incluir su encuentro.
Rocketman trata los mismos temas pero, a diferencia de Cassandro, tiene un punto de vista crítico y cierra en una nota positiva. Además, te llena el oído con buena música. Por lo que hace a la música, las notas de la rola de Juan Gabriel generan cierta expectativa en la secuencia en la alberca, pero la canción se desaprovecha, no la acompañan de imágenes bellas o memorables y se tardan en cortarla. El filme es un buen intento que pudo haber logrado más, pero se desinfla bajo el peso de los defectos ya tradicionales de las películas mexicanas. (Ab.)
Si te gustó esta reseña compártela con un exótico.
Comentarios
Publicar un comentario