The Little Mermaid - Rob Marshall (2023)
Parecen estar en una isla del Caribe. Como si hubiera una monarquía en Bermudas o Jamaica. Pero la población negra no es originaria del Caribe. ¿Cómo llegaron? ¿Cómo instalaron la monarquía? ¿Por qué se visten cómo si fueran europeos? Es decir, esto es una mezcla extraña en que la gente, incluso los pobladores ordinarios, se visten como en la Francia de Louis XVI. Pero la isla parece estar en el Caribe. Esa ropa resultaría odiosa para trabajar en ese clima. Quizá debieron llamar al diseñador de vestuario de Wakanda Forever. Además, la Reina adoptó un niño, ¿no podía tener hijos? ¿quería dar el ejemplo? Pero Eric se enamora de la voz de Ariel. Es un poco raro. Es decir, yo puedo escuchar la voz de Adele y pensar que es magnífica, pero no me enamoraría de ella sólo por su voz. Eso me lleva a pensar que Eric siente un apego especial con su madre. Ufff! Todavía no se inventa el psicoanálisis.
Esta cinta es un desmadre, los tiburones atacan a las princesas, las gaviotas comen peces pero ni Flaunder ni Sebastian le temen a Scuttle. La monarquía y la inclusión conviven. No puede entenderse esta cinta sin un loco entre los directivos de Disney. La inclusión es demasiado parcial, no hay latinoamericanos, ni hawaianos, apenas aparece un asiático, pero olvídate de los Inuit o de los aborígenes australianos. Además es gordofóbica, la mala de la cinta es gorda. Menos mal que el romance es heterosexual y la democracia no ha tomado fuerza. Pero supongo que esta historia no ocurre en el planeta Tierra.
La buena suerte de Ariel es increíble. La recoge un pescador y lejos de ponerla a chambear, a pesar de ser muda, la lleva al castillo, donde la bañan, la visten y la alimentan. Es curioso que no le laven la cabeza y le desenreden el pelo. Vaya modo de tratar a los recién llegados. Incluso le dan un penthouse con vista al mar en el palacio.
Ariel es como esos niños que sueñan con ser astronautas. No saben qué hay afuera, lo más seguro es que murieran al salir de la atmósfera, pero quieren ir. ¿Nadie siente que debió cumplir 30 y pasar por un divorcio antes de ponerse tan necia? Pero no me podía quedar así. Esto es un remake. Ví el original y después de verlo, entiendo la molestia de los fans. Esta cinta es una tontería. Lo demuestro con datos duros. Pasó de durar una hora y veinte a más de dos horas. A Sebastian le desaparecen la carrera de director musical. Ariel no canta cuando es muda. Eric no canta, Scuttle no canta. No hay Reina madre. Eric puede ser el príncipe de Mónaco. Él encuentra a Ariel en la playa y la lleva su palacio. Hay una pelea cómica entre Sebastian y el Chef. El Rey Tritón no muere.
Esta nueva versión roba los buenos números musicales y calca los buenos diálogos de la original; sin embargo, es una adaptación perezosa. Yo no vi un palacio enorme con sala de conciertos en el fondo del mar. Tampoco vi un bra de conchas marinas ni el pleito entre Sebastián y el Chef. Agrega muchas cosas pero sólo el rap de la gaviota funciona aunque es contrario a la cinta original. Por lo que refiere al mensaje de permitir que los niños, porque ven el mundo de modo diferente a sus padres, sean irresponsables es una tontería. Ahorra tiempo y malos ratos, mira el original. (Ab.)
Si te gustó esta reseña, compártela con un ser de luz.
Comentarios
Publicar un comentario