I, Tonya – Craig Gillespie (2017)
Yo, Tonya es un filme ácido. El sueño americano no es para
todos. Para triunfar, no basta ser un americano blanco, cristiano, con talento. Se requiere que cumplas con todo lo que la sociedad impone.
Tonya
Harding tiene talento para patinar y eso no es suficiente. En su camino, el
mayor obstáculo es su crianza, ella es una red
neck, así lo afirma su personaje. Sin educación, sin buenas maneras, sin
dinero, abandonada por su padre, con una madre abusiva y un esposo golpeador,
las cartas de Tonya están marcadas.
No bastan su talento y su voluntad para
triunfar. El patinaje sobre hielo es un deporte elitista, los jueces la rechazan
por que no da la imagen que el deporte quiere mostrar. Ella patina con rock, no
con valses austriacos. Ella cose sus vestidos como un merengue. Por un momento,
parece que Tonya tiene una oportunidad. No es así. Su causa se hundirá a pesar
de su talento.
Pero el filme no es sólo la historia de un naufragio.
También es el cuestionamiento sobre la verdad. Esa verdad supuestamente
objetiva que se persigue como si se tratara de un conejo. Esa verdad no existe.
La verdad es maleable, es la suma de subjetividades. La gente que te rodea decide
cuál será la verdad.
Tonya será castigada por haberse atrevido a mostrar su
talento, le prohibirán patinar por el resto de sus días. Eso fue lo que siempre
quisieron y finalmente encontrarán el pretexto para hacerlo. La verdad de Tonya
fue dictada mucho antes del incidente de Nancy Kerrigan.
La elección del elenco es excelente y merece mención especial. No sé si Margot Robbie aprendió a patinar o no, pero
lograron que luzca fea. Ella hace un gran trabajo y el maquillaje y el vestuario
son magníficos.
Mucho humor ácido, ojalá Tonya haya cobrado bien por este retrato del
que sale bastante golpeada. Opinen. (Ab.)
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