Anora - Sean Baker (2024)


ANORA forma de la 76 Muestra Internacional de Cine y ganó la Palma de oro en el Festival de Cannes. Pero es una cinta boba, una reelaboración sexy y posmoderna de
Mujer Bonita (1990) que calca algunas de sus situaciones. Quizá su éxito se debe a haber renunciado a todo tipo de agenda inclusiva y contar una historia sobre las tonterías de la nueva generación. Anora (Mikey Madison) es una chica que trabaja como desnudista en un club y se prostituye. Un día normal en el bar conoce a Vania, un junior casi adolescente hijo de un traficante ruso. El muchacho la contrata para un privado en el club y después por una tarde, luego la invita a una fiesta y termina dandole un contrato por siete días. La cinta lleva a Anora y Vania en avión privado a Las Vegas, no es la ópera, pero es el equivalente millennial. La historia entretiene y es divertida, pero no es un gran guión ni tiene un mensaje ni nada parecido. Supongo que el éxito de esta cinta se debe a que la gente va al cine a ver a otros teniendo sexo. Pero Sean Baker no es el director que va a reemplazar a Clint Eastwood o Martin Scorsese. 

Por allí leí a alguien decir que retrata la diferencia de clases. ¿de qué habla? Eso no tiene sentido. Si crees que un traficante de drogas y armas es clase alta por tener dinero, casas y coches, no has vivido lo suficiente. Vania ni siquiera tiene dinero, es un pobre idiota solitario que busca algo que le dé sentido a su miserable existencia, vive jugando videojuegos, bebiendo, drogándose y teniendo el peor sexo que haya visto nunca en una película.
Anora es una mujer adulta, trabajadora, cuya cultura alcanza para hablar dos idiomas, ser autosuficiente y correr riesgos propios de su oficio. Basta ver el contraste entre Anora y las empleadas de limpieza que asean la casa o los guaruras rusos. Todavía está algo verde pero está en camino de ser una fiera. Ella no es clase baja, aunque su chicle insinúe lo contrario. 
Por otra parte, aunque Sean Baker se aleja un poco de la miseria romantizada de The Florida Project (2017), esta cinta se parece más a Robot Dreams (2023) que a Mujer Bonita. Ni siquiera tiene el encanto y el armado inteligente de aquella, Vania es puro relleno, no es un empresario exitoso que al encontrar una relación significativa corrige el rumbo y cambia la destrucción por la construcción. Vania es un títere.

Anora tampoco mejora su vida, sólo gana algo de dinero y experiencia. Y claro que está cinta es más realista en sus conclusiones, pero no es realista pensar que tres mafiosos rusos no puedan eliminar a una prostituta, ni que una pareja rusa vuele a Nueva York para meter en cintura a su hijo malcriado cuando tiene empleados de sobra para realizar ese trabajo. 

Por otra parte, Mikey Madison es muy buena actriz, su trabajo es estupendo pero no es una estrella de Hollywood. El perreo que ejecuta es de principiante y no creo que nadie haya salido del cine enamorado de su sonrisa. Mikey es una mujer bastante menos atractiva que Julia en Pretty Woman, que utiliza una gruesa máscara de maquillaje. ¿Es eso más realista? Seguramente. 

Por otra parte, quien se roba la cinta es Igor (Yura Borisov) el guerrero, su personaje a pesar de ser un matón secundario, es un hombre con buenos modales, inteligente y centrado. Es mejor persona que sus patrones e incluso pide que Vania se disculpe. Sabe que Anora es una prostituta pero siempre la trata como a una dama.
Me sorprende que el Festival de Cannes haya preferido esta cinta sobre La Sustancia (2024), pero supongo que el jurado disfruta más del sexo que de la sangre o quisieron apoyar la carrera de Baker porque Greta Gerwig notó que Coralie Fargeat es mejor directora que ella y sin apuntar hizo pedazos su Barbie (2023). (Ab.)
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