The Lincoln Lawyer - Brad Furman (2011)


 THE LINCOLN LAWYER (El defensor) está en Prime Video y dura casi dos horas que se pasan volando. La inteligente historia de esta cinta es adaptación de la novela de 2005 de Michael Connelly, pero lo que llama la atención es el reparto de famosos que incluye a algunos que no lo eran tanto o han dejado de serlo.
Matthew McConaughey, Marisa Tomei, Ryan Phillippe, William H. Macy, John Leguizamo, Michael Peña, Bob Gunton, Frances Fisher, Bryan Cranston y Josh Lucas todos haciendo su trabajo sin robar cámara. Es posible que el éxito de esta película gringuísima haya impulsado a Netflix para hacer la serie que intenta reinventar la rueda. Este buen filme de abogado mañoso, culpables, inocentes, policías, juzgados y jueces, se siente real. La justicia humana es sólo un ideal, nunca es tangible como la hoja de la guillotina que separa la cabeza del cuerpo. La justicia en la Tierra es muy complicada, requiere de palancas, poleas, engranajes y aceites para moverse. Lo más difícil es esquivar las mentiras para que el inocente sea liberado. 
La justicia de los hombres no es pulcra ni rápida ni expedita. E
n ocasiones, puede ayudarse del poder judicial; en otras, es asistida por la venganza y el delito; algunas de sus apariciones se deben a la casualidad y la coincidencia; otras al deseo inconsciente de ser castigado. 
Quizá el exceso de confianza lleva al delincuente a sentirse invencible y desafiar los límites. Tal vez es la confianza que brinda la riqueza lo que lleva a pensar que todos están en venta. Pero me gusta pensar que el dinero proporciona siempre un poco de insatisfacción.
Es decir, pagar por un pastel no es tan satisfactorio como hacerlo. Tiene más valor algo que fue hecho para ti, al menos en lo emocional, que algo adquirido en un aparador cualquiera. Hay muchos que creen que todo cuesta y todo tiene un precio, pero nunca sabrá igual un beso comprado que uno merecido.
La película juega con esos temas. Hay dos puntos de vista sobre lo correcto y distintos ángulos sobre los deberes de un abogado. La fuerza y el conocimiento son enfrentadas. Me gusta pensar que la astucia siempre vence, aunque sus padres sean la distracción y el engaño. 
Todos tenemos nuestro lado flaco, todos en algún momento asumimos cosas que deberíamos cuestionar. La gracia de este filme radica en que, aunque la justicia divina sea invisible, inexistente o difícil de identificar, la representación que hace de la justicia humana logra superar los obstáculos, se parece al karma y brinda un poco de esperanza. (Ab.)
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Josh LucasJosh Lucas

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