Detrás de la Curaduría de "México y Walt Disney: un encuentro mágico" y "El Arte de Coco"

El pasado día cuatro de diciembre se llevó a cabo en la Cineteca Nacional la conferencia denominada Detrás de la Curaduría, relativa a las exposiciones México y Walt Disney: un encuentro mágico y El Arte de Coco. En ella participaron Arturo López Gavito,  Hugo Derat y Francisco Haghenbeck, quienes mostraron mucho material que no pudo incluirse en el espacio físico.


Se explicó que la exposición México y Walt Disney: un encuentro mágico es una exposición cien por ciento mexicana cuya realización tomó ocho meses. El material que la integra proviene de The Walt Disney Family Museum, Walt Disney Archives, Animation Research Library, la Hemeroteca Nacional y la Fototeca Nacional.

La idea era llevar el cine a la dimensión del museo. Para ello se eligieron dos personajes: México y Walt Disney. Por esa razón en la primera sala conocemos a Walt, dónde nació, quienes eran sus padres, cómo inició en la animación y el primer tropiezo. Walt Disney tuvo sus primeros éxitos con Oswald, el conejo de la suerte (The Lucky Rabbit) y viajó a Nueva York para reunirse con la gente de los estudios Universal. Allá le notificaron que los derechos del conejo no eran suyos y que habían contratado a todo su equipo de animadores. 
En el viaje de regreso a Los Ángeles nacería Mickey. Para la exposición se investigó el tipo de tren en que volvieron Walt y su esposa Lillian de Nueva York, se reconstruyó el vagón del tren en el que viajaron y en un extremo se colocaron cortos de Oswald —el pasado— y en el otro extremo se exhibe el corto de Mickey, Steamboat Willie. Walt quería llamar al ratón Mortimer y su esposa Lillian lo convenció de que se llamara Mickey. Por cierto, Walt no es el responsable del dibujo original, Mickey fue creado por Ub Iwerks.
El siguiente personaje en la escala es México. Walt conoció primero Tijuana, la prohibición en los Estados Unidos provocaba que la gente de Los Ángeles cruzara la frontera para beber libremente. Fruto de esa primera visita es el corto Don Donald. 
México era una bomba cultural cuya cabeza eran los muralistas Rivera, Orozco y Siqueiros. En la ilustración destacaba Miguel Covarrubias, cuyos colores brillantes serían copiados por la animación. La Segunda Guerra Mundial obligó a los Estados Unidos a mirar hacia el sur en busca de aliados para evitar que América se uniera a la Alemania Nazi. La propaganda en contra de Alemania era tan fuerte que Disney recibió un Óscar por Der Fuehrer’s Face.
Franklin D. Roosevelt nombró Embajador de Buena Voluntad a Walt Disney y lo envío a América Latina con la política del buen vecino. México mantenía cierta distancia con el conflicto, pero existían movimientos pro-nazi y cierta inclinación socialista por parte del gobierno de Lázaro Cárdenas, así que la visita de Disney buscaba ganar y garantizar el apoyo mexicano. Walt Disney disfrutó mucho su visita, habló con Diego Rivera y participó en una piñata. Todo lo que le mostraron alimentó el filme Los Tres Caballeros, en el que Pancho Pistolas es el representante mexicano. 
El equipo de animadores de Disney colaboró elaborando las mascotas de las Fuerzas Aéreas de Latinoamérica, por eso el escuadrón 201 incluye la figura de Pancho Pistolas en uno de sus escudos. 
También se explicó que para diversificar su inversión, Disney creó el Parque Disneylandia en Anaheim, en lo que era un huerto de naranjas.
Los panelistas subrayaron la investigación detrás del programa “Salud para las Américas”, otro encargo de cortometrajes animados elaborados por Disney para inculcar hábitos saludables en la población latinoamericana.
La relación entre México y Walt Disney sigue dando frutos y por ello se mostró la obra del ilustrador mexicano Mr. Kone llamada Walt Disney. La muestra sólo incluye material que corresponde al periodo de vida de Walt Disney, de modo que la obra de Mr. Kone no fue incluida.
Por lo que refiere a la exposición de Coco,  se explicó que los materiales son originales y que fueron seleccionados por Pixar. Sin embargo, el montaje es 100% mexicano y todo el material del corazón de la exposición fue idea de diseñadores mexicanos. Un detalle curioso es que la guitarra de Ernesto de la Cruz fue armada en Paracho, Michoacán, y sólo hay siete ejemplares.
Se señaló que en México se tiene un público cautivo de alrededor de siete millones de personas que asisten al cine . La última película de Pixar fue vista por once millones y se espera que Coco sea vista por veinticuatro millones.  En otras palabras Coco ha roto todos los récords. El éxito de Coco es tan grande que si en Estados Unidos nadie la viera, seguiría siendo rentable gracias al público de México y China. Por cierto, en Estados Unidos también le quitaron el corto de Frozen al inicio.
En resumen, las exposiciones México y Walt Disney: un encuentro mágico y El Arte de Coco valen la pena y seguirán disponibles en la Cineteca Nacional hasta el seis de enero de 2018. Asistan. 

Por último, una noticia para los fanáticos de Stars Wars, se anunció que ya está preparada una exposición relativa a la saga. (Ab.)

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