Hazme el favor , en HBO Max, es difícil de ver. Jennifer Lawrence hace lo que puede con esta comedia inverosímil, en que da vida a una naca treintona, quebrada y promiscua que debe tanto impuesto predial que está a punto de perder la casa en que habita. Pero como si se arrepintiera por desnudarse en la primera mitad de la película, cae en lo ridículamente cursi en la mitad final. Es como si fueran dos películas distintas sin ninguna conexión salvo por los protagonistas. Pero no culpemos a los actores, esto es culpa del guión y del director. ¿Quién puede creer que un tipo virgen, heterosexual, de 18 años, rechazaría a un bombón de 30? No tengo mucho trato con adolescentes, pero yo fui uno. Quizá ahora están tan confundidos que desafían las instrucciones básicas de cuerpo y por eso pueden pensar que la naturaleza se equivoca. Pero no es el caso. El adolescente de la película siente atracción por las mujeres y, en teoría, su problema es el trato social. Lo absurdo del asunto, es que ni si