Marcel the Shell with Shoes On - Dean Fleischer Camp (2021)
MARCEL es basura en HBO Max o quizá estoy exagerando. Tal vez es el grito en busca de ayuda de un humano con un grave desequilibrio hormonal o quizá una película para gente sensible en grado patológico, de esos que no saben si son mujeres en cuerpos feos u hombres que no tuvieron las suerte de desarrollar testículos. No es sorpresa que Hollywood ha perdido el rumbo, por eso hay huelgas y por eso este filme de estudiante fue nominado al Oscar. La cinta trata sobre la vida, los cambios constantes y nuestras reacciones ante ellos, pero lo hace del modo más imbécil posible. Es como una introducción a la filosofía para menores de 7 años que tienen algún impedimento del lenguaje. Una pregunta: ¿Cuánta humedad debe haber en una casa para que un caracol marino pueda vivir en el cajón de los calcetines? De sólo imaginar el olor de esa casa dan ganas de vomitar. Otra pregunta: ¿Cuánta miel debe haber en las paredes y en el mostrador de la cocina antes de que tengas el impulso de limpiar? Supongo que el protagonista, por ser un animal no se molesta con esos detalles. Pero se hace evidente que el escritor fuma demasiada mariguana y sabe que su mente ha caído al abismo de la estupidez y la indolencia.
Si puedes saltar ese tipo de detalles y no te molesta escuchar una voz aniñada intentando darte lecciones de vida, esta cinta es para ti. Pero siendo así, dudo que conozcas el programa 60 minutos o te interese.
El director no sabía con qué rellenar la hora y media necesaria para hacer un largometraje, y decidió que Marcel se hiciera famoso en YouTube, la gente enloqueciera y fuera a su casa a buscarlo y grabarse bailando en el patio. Quizá eso sucedio en la realidad, pero en este filme es puro relleno. También es relleno la salida al cerro para observar la ciudad.
Desde el inicio es posible percibir el tufo dulzón del final predecible. Es la peste de lo fácil, las miasmas del pensamiento atolondrado y optimista exigiendo que el mundo sea bueno y la magia ayude a Marcel a encontrar a esa familia que jamás se preocupó por su ausencia ni la de su abuela, pero que fingen alegría porque ha vuelto a sus vidas.
Así que, si tienes siete años, podrás disfrutar de una animación ridícula, en la que el perro se traga de un mordisco a los caracoles, la ardilla tampoco los considera parte de su dieta y las aves están muy lejanas como para interesarse en un baboso de menos de dos pulgadas. Marcel y su abuela no durarían 5 minutos en mi patio de la CDMX, pero supongo que en California los animales son más educados. Lo peor es que Marcel es mucho más listo que el humano que lo acompaña. La terminé por pura disciplina. Un horror. Dean, hermano, deja la mota y acude a terapia, no tienes 10 años. A24, me debes una. (Ab.)
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