A torinói ló - Béla Tarr & Ágnes Hranitzky (2011)
El caballo de Turín inicia contando que Nietzsche, el 3 de enero de 1889, en Turín vio a un cochero azotando a su caballo y por metiche fue a dónde nadie le llamó para llorar y abrazar al caballo y evitar que lo siguieran golpeando. Al parecer, después del incidente, no recupero su lucidez o quizá logró la iluminación. El filme dice que al volver a casa se quedó inmóvil y en silencio dos días y después confesó a su madre ser un idiota. Después pasó diez años aletargado bajo los cuidados de su madre y su hermana antes de morir. La introducción concluye señalando que del caballo no sabemos nada.
Se trata de una presentación que sirve como guía para ver la cinta con las ideas del filosofo revoloteando en la cabeza, en particular, la muerte de Dios. Nunca veremos a Nietzsche ni a su familia. En contraste, la cinta muestra seis días en la vida de un viejo que no puede mover el brazo derecho, acompañado por su hija y el caballo, en una granja comiendo papas y bebiendo un aguardiente local. Gracias a la introducción se deduce que este hombre es el cochero que azotaba al caballo que abrazó Nietzsche. El cuaco nunca más jalara la carreta y dejará de comer.
La película dura dos horas y media, con escasos diálogos en húngaro en blanco y negro y una sola melodía alucinante que va y viene. Si eres fan de las películas de Marvel y DC, lo más probable es que este filme te aburra y te encabrone después de diez minutos.
Si viste El faro y te gustó, entonces tienes espíritu de cinéfilo mamador, como Johnny, y es posible que las escenas te fascinen. La vida de los granjeros es hipnótica en su simpleza. La fotografía tiene una belleza triste y el ritmo lento te obliga a pensar.
Imagínate usar seis capas de ropa en 1889 porque el viento frío sopla con fuerza. Yo descubrí con euforia que odio la ropa. La idea de gastar más de dos minutos en vestirme o desvestirme me molesta. Odio ir a comprar ropa porque me tengo que vestir y desvestir. Además odio el frío porque me obliga a usar más ropa. Amo la playa tropical.
En el segundo día llega un visitante y se revienta un monologo sobre la destrucción o degradación del pueblo y de todo lo existente, incluso el lenguaje. Esa pieza es clave para entender a dónde va esto. El viejo será testigo, desde la ventana de su casa de piedra, de la degradación total, del fin del mundo. Estas viendo el revés del génesis.
Dios ha muerto y puso en marcha el Apocalipsis que durará seis días. El fin de todo lo existente ha comenzado. Hacia el final de la cinta ya ni las leyes de naturaleza hacen su labor, todo ha dejado de ser lo que era y comienza su camino de desintegración. La luz solar se ausenta, el pozo se seca y el fuego no enciende la lámpara.
El caballo comprendió todo instintivamente. A los humanos les cuesta trabajo resignarse, el viejo intenta huir o acabarse su bebida sin éxito. Todo se va al carajo de un modo constante. Esto es mucho peor que la amenaza del covid de aniquilar al 10 o 15% de la población; peor que Thanos matando a la mitad de los seres vivos. No hay posibilidad de escape, la nada se cuela entre los átomos del mundo para desbaratarlos. Es pura poesía nihilista, pero Nietzsche es un estúpido, por creer que el hombre se convertiría en súper hombre. (Ab.)
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