The Lego Movie - Christopher Miller & Phil Lord (2014)
La gran aventura Lego está en Netflix y es uno de esos filmes que no se me antojó ver y no hubiera visto sin la opinión de varios amigos que me la recomendaron. Eso de vencer los prejuicios es una cosa muy cabrona y ese es el mensaje de este filme. La historia es la de un obrero de la construcción llamado Emmet, un gringo que vive sólo, se guía por la publicidad, lee las instrucciones y se cuadra con todo lo políticamente correcto, en otras palabras, carece de criterio. Sus restaurantes favoritos son los de cadena, mira el show de moda por TV y nadie lo toma en cuenta. Es el anónimo perfecto, el sueño de cualquier dictador. Es un tipo que ha dejado que la sociedad le diga que es bueno y, vivan la ambivalencias, no le va tan mal. Es decir, es un idiota pero uno feliz. Claro que le gustaría ser más popular y tener novia, pero eso son detalles. Todo es maravilloso. Pagar de más por un café es fabuloso. Emmet es tan bueno y simple que nadie le pone atención. Y es aquí dónde la cosa toma color, porque la profecía dice que será un hombre insípido el que pondrá fin a la tiranía del Señor de los Negocios.
La película es extraña porque salta entre mundos y todo se vale, pero hay una explicación y es tan lógica y obvia que por un momento cae mal. El bueno es un inútil muy semejante a Neo de The Matrix (1999) o a Frodo y es rescatado por una mujer que podría ser Trinity pero que resulta ser la novia de Batman.
Vitruvius es el viejo mago guía, muy parecido a Gandalf o Dumbledore, de este viaje del héroe. El filme es una especie de Kung Fu Panda (2008), pero más alocado y por supuesto con final feliz y un epílogo que lo arruina en el mejor de los sentidos.
La animación, necesariamente hecha con legos, es una locura. Creo que en ocasiones, tan sólo pensar en el trabajo de armar todo con los malditos bloques de plástico, me fatigaba. Pero todo se vale, hasta la autocrítica. Es decir, no es gratuito que le digan a Emmet que nunca ha tenido un pensamiento original.
Llena de acción, color y humor, el filme es ideal para verlo por encina o para observar su construcción narrativa. Es una parodia del viaje del héroe sin dejar de ser un buen viaje del héroe. Y su idea de que en ocasiones se necesitan más manos y menos jefes, no contradice su mensaje. Aunque resulta difícil de tragar, el súper poder de Emmet es obedecer. Obedece incluso las mentiras más absurdas.
¿Recuerdan el ingrediente especial de la sopa del padre ganso de panda Po? ¿Recuerdan que Neo no estaba seguro de ser el elegido? ¿Recuerdan que Cristo no quería morir en la cruz y quería tener una familia con María Magdalena? Claro que todos cumplen su destino y también Emmet lo hace. Nada hay de original, pero lo importante es el ritmo y el buen rato que la historia nos hace pasar. (Ab.)
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