American Murder: The family next door - Jenny Popplewell (2020)

“Siempre quise ser papá, tener hijos, que me amen y todo eso. Nada tenía sentido.”

–Christopher Lee Watts.

American Murder: The family next door, o como Netflix decidió traducirlo El caso Watts: El padre homicida, es un documental que cuenta la historia de lo ocurrido en Colorado, Estados Unidos, con la familia Watts. La esposa embarazada Shan'ann y las dos hijas menores, Bella y Celeste, fueron asesinadas por, adivinaron, su esposo y padre, Christopher Lee Watts.

Personalmente me gustan los documentales porque nos muestran que la realidad tiene sucesos dignos de inmortalizar, casos que destacan por alguna razón, ya sea su rareza, trascendencia histórica o algo tan terrible que no creemos que sea verdad hasta escuchar testimonios o ver diferentes archivos que lo prueben. El caso Watts: El padre homicida, no es nada de eso. Su caso no es raro, como el de Ed Gein que hizo muebles con la piel de sus víctimas, o trascendente como el de Isabel Báthory la mujer con el récord de más asesinatos en la historia (650 aproximadamente), y no es especialmente terrible como el de Ted Bundy, un hombre que secuestró, violó, mató y desmembró a treinta y seis mujeres entre 1973 y 1978. Menciono asesinos porque cualquier otra comparación sería injusta, no es que los únicos documentales que he visto sean de este subgénero. Así que, por qué este proyecto ha tenido tan buena recepción si su caso, lo que en teoría debería sostenerlo, es tan simple. No tengo idea, pero si quieres ahorrarte ochenta minutos de tu vida, ahora mismo te contaré todo lo que necesitas saber. 

Una amiga de Shan'ann, la esposa, llama preocupada a la policía porque no contesta su teléfono. En la casa notan que tampoco están las niñas, así que interrogan al esposo que acepta la prueba del polígrafo. No lo pasa, lo interrogan, se altera, llama a su padre y le confiesa que mató a su familia. Bueno, al principio dice que sólo mató a Shan'ann porque ella primero había matado a su hijas, pero finalmente acepta los cuatro asesinatos (recordemos que Shan'ann estaba embarazada así que se cuenta al bebé) para evitar la pena de muerte. 

Suena ridículo que presentar esta información tarde tanto ¿cierto? Bueno, es que Netflix nos hace el favor de rellenar con videos caseros que Shan'ann publicaba en sus redes sociales. Acepto que este formato me pareció interesante, al menos hasta cierto punto. Normalmente en los documentales se juntan dramatizaciones, videos o archivos reales y testimonios. En este no. Todo lo que pasan son videos de la policía o Facebook, y sólo para variar un poco se incluyen mensajes de Whatsapp. Nadie habla, ni los padres o amigos, y nadie narra nada. Lo que es interesante de esto es que te permite ver de frente a las víctimas tal cual eran, sin ningún filtro o idealización, ahí están, una típica familia en casa o de vacaciones. Pero el problema de esta innovación, interesante por supuesto, es que al presentar momentos taaan típicos, al poco tiempo sientes que estás en la sala viendo un álbum de recortes de una familia que no te interesa. No hay nada destacable ni especial, excepto por la obsesión de Shan'ann con autodocumentar cada segundo de su vida. 

Ahora, entiendo que el punto de un documental es apegarse a los hechos, ya que su principal meta es informar y no entretener, pero en mi humilde opinión, todo audiovisual debe aspirar a despertar el interesa en su espectador, lo que aquí no se logra pese al obvio asesinato. Que es terrible sin duda, pero por qué entre tantos miles de asesinatos desconocidos este llamó la atención de Netflix y al parecer de todo Estados Unidos. ¿Qué lo hace especial o debería hacerlo especial? ¿Será el embarazo de Shan'ann? Puede ser, con Sharon Tate siempre se resalta este dato, pero su asesinato es famoso por muchas otras circunstancias, desde su estatus de actriz, al asesino en cuestión.

¿O es que involucra niños? Si es así, Andréi Chikatilo tiene mucho más que ofrecer.

¿Acaso fue por su dificultad jurídica o que durante el juicio pasó algo extraordinario? Digo, en la historia de O. J. Simpson lo más importante es cómo burló la justicia y no tanto a quienes mató. Aquí no, Chris Watts confesó a los tres días y en un salto de tres meses fue condenado, su juicio es tan poco relevante que la directora decidió ahorrárnoslo. Ey, tal vez lo especial del caso es mostrarnos que de vez en cuando se pueda encontrar un asesino tan imbécil que haga las cosas más fácil.

Pero eso sólo lo digo para no odiar tanto a Netflix por volverme a engañar, ya que en lugar de tener un caso intrigante o fascinante, me quedé con El caso watts: El padre homicida un somnífero muy efectivo. (Scarlet Oliva)

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