Toy Story 4 - Josh Cooley (2019)
Había escuchado muchas cosas buenas sobre esta cuarta entrega de Toy Story y comienzo a pensar que Disney o Pixar o algún agente del mal repartió obsequios para ganar la buena voluntad de los críticos. No voy a negar que la animación es excelente o que los últimos diez minutos me sacaron las lágrimas. Pero todo el desarrollo me pareció aburrido y el sabor de boca con el que salí del cine fue el mismo de una ligera depresión. Sé que la idea es ser objetivo, mis expectativas no deberían interferir en la crítica, pero es imposible no sentirse decepcionado cuando ya conoces el nivel de esta historia.
Analizaré personaje por personaje. Woody siempre ha sido positivo y entiendo que su actitud es lógica con respecto a Forky. Es más fácil a ayudar al tenedor que darse cuenta de que está pasando por la misma crisis. Sin embargo, el único argumento de Forky es tan contundente que Woody no soportaría ser confrontado con su realidad. Es decir, después de dos abandonos sería más lógico que Woody se fuera a la basura con el cubierto de plástico y viviera el resto de sus días de manera nihilista.
Forky comienza siendo muy coherente y de pronto, sin tener espacio para un cerebro o un corazón, a diferencia de Rex, resulta muy listo y buen conversador. Esto rompe con la lógica de las entregas anteriores en que cada juguete tiene una personalidad relacionada con su físico. El cubierto está tan torpemente escrito que nunca utiliza los dientes. El limpiapipas nunca sirve para dar una caricia. No hay una sola escena en que su flexibilidad o su diseño sirvan para algo. Es decir, está metido con calzador. Buzz hace cosas que nunca hizo. Traicionaron la esencia del personaje. ¿Hay algo más que decir?
Bo Peep pasó de ser una delicada damisela a una ruda mujer de acción. Para mí, esa transformación es la que debimos ver durante la cinta, pero simplemente la dieron por hecho. Ducky y Bunny no son tan chistosos y sus mejores chistes son sueños. Además parece que usan drogas. ¿Es en serio, Disney?
Gabby Gabby comienza dando miedo y en un medio segundo Forky la transforma a tal grado que encuentra la estrategia para hacerle manita de puerco a Woody, alias Corazón de Pollo. Todos los cambios de carácter parecen injustificados y puestos allí sólo para llegar al desenlace.
El personaje de Keanu Reeves, Duke Caboom, es de hueva y no entiendo el alboroto por su participación. Toda la aventura es aburrida y el trío de ovejas parece ser el único personaje consistente. Es cierto, las preguntas planteadas al inicio son interesantes, pero no encontré gran desarrollo ni buenas respuestas. También es cierto que el final es muy emotivo y que los conflictos que se resuelven tienen profundidad. Sin embargo, si yo me aburrí, supongo que un niño de ocho años no podrá mantener su atención durante una hora y veinte.
Toy Story 4 peca de pretenciosa y aburrida. Si le tienen muchas ganas, esperen el DVD o Blue Ray y vean los últimos quince minutos. El resto es pan con lo mismo recubierto de telenovela. Es una pena que acabe tan mal esta historia que comenzó siendo grande. Supongo que el espíritu de Forky contaminó la cinta. Úsese y tírese. (Ab.)
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