El patrón, radiografía de un crimen - Sebastián Schindel (2014)
En la Cineteca Nacional, se exhibe El patrón, radiografía de un crimen. Es un filme salvaje basado en hechos reales. Deberías verlo. Un muchacho analfabeta, Hermógenes Saldívar, originario de Santiago del Estero, Argentina, viaja con su mujer a Buenos Aires en busca de mejores oportunidades.
En la ciudad comienza a trabajar como ayudante de un carnicero que le enseña todas las mañas del oficio. Desde cómo tratar a las clientes hasta cómo vender carne en mal estado. Pronto, el dueño de las carnicerías lo detecta como alguien de fiar y de quien puede abusar. Lo pone a cargo de otro establecimiento y allí lleva la peor carne que encuentra.
El patrón es un tipo violento que, en palabras del personaje principal, no fue hecho bueno por Dios. La película avanza en dos líneas paralelas: por una parte vemos como Hermógenes, bajo el nombre de Santiago que le impuso el patrón, soporta estoicamente el abuso; y por otra, vemos qué sucede con su proceso penal.
La película se siente distante y objetiva. En realidad no lo es. La idea del filme es que nos pongamos en los zapatos de Hermógenes. Él carece de la luz de las palabras, es incapaz de expresar su descontento.
Lo único que sabe es que fue calificado de inepto en un documento que le ha sido arrebatado por el patrón. No tiene identidad, es un desplazado, sin su familia y fuera de su tierra, desconoce los códigos y se mantiene optimista. Será en la cárcel donde obtenga su libertad. Encerrado, podrá ver que todo lo sucedido fue un engaño, pero no podrá deshacerse de la culpa.
Casos como éste hay miles en México y en el mundo. Como abogado, no creo que el desenlace haya sido planteado correctamente. El derecho juzga los delitos de tal modo que la responsabilidad de la sociedad en que se vive no es un factor a tomar en cuenta cuando se dicta una sentencia. Como espectador, disfruté mucho el filme. La cinta evidencia la pericia del director. Las actuaciones de Joaquín Furriel, Germán de Silva y Luis Ziembrowski son estupendas. El desnudo femenino es valiente y magnífico. El guión es tan bueno que no lo notas. La fotografía es casi documental. La máquina funciona perfectamente.
En mi experiencia, en México, cada patrón pretende comprar tu voluntad con favores. A veces de buena fe, otras no. Tú debes mostrarte agradecido de conservar el empleo en todo momento. Siempre se molestan si no aceptas su ayuda o si defines límites. Para conservar un empleo es necesario lidiar con el abuso. Puede ser mínimo o insignificante, puede ser grande, enorme o insoportable y en esos casos es preferible renunciar. Esa cultura respira en el país. Es necesario confrontar y negociar. Es una vergüenza que los jefes reproduzcan el maltrato que sufrieron como empleados. Esta lucha es personal, cada quién encuentra su lugar, todos aprendemos a perder batallas para ganar la guerra. El filme muestra este servilismo de manera contundente. Mejoremos nuestra autoestima. (Ab.)
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