
LA LADRONA DE LIBROS, en Disney Plus, es un filme que, a pesar de tratar el muy trillado tema de nazis y judíos, resulta agradable. Es una adaptación de la novela de Markus Zusak. La cinta sabe sacarle la vuelta a la clásica postura maniquea y logra cierto grado de desconexión con el contexto racista, ya que los alemanes también sufren los bombardeos. En otras palabras, la guerra y la persecución están allí, pero son sólo el contexto para centrarse en el amor por los libros y la vida que se puede construir con ellos. Incluso un personaje dice que los libros le salvan la vida. La historia es la de Liesel, una niña que pierde a su hermano en el tren y cuya madre desaparece (por motivos políticos), de modo que es dada en adopción a Hans y Rosa Hubermann. Hans le enseña a leer. Liesel había robando antes "El manual del Sepulturero" y después rescata de la hoguera "El hombre Invisible". A la casa llega desfalleciendo Max, hijo de un hombre a quién Hans había hecho la promesa de ayudar. Max es judío y se queda allí hasta que se recupera, ya sano es envíado al sótano y allí se hace amigo de Liesel. La chica tiene acceso a nuevos libros en la casa del alcalde, acude allí a dejar ropa limpia y la señora de la casa la invita a su biblioteca. La amistad con la mujer dura hasta que el alcalde la descubre y ordena que la despidan. No cuento más.

Al inicio y al final, la voz en off de la muerte sirve como narrador omnisciente que tomó interés en Liesel. La lectora sobrevive a la guerra y conserva su amistad con Max. Ella además escribir su historia en un ejemplar de Mi lucha cuyas hojas fueron pintadas de blanco por Max.
El claro mensaje de la cinta es que es posible encontrar placer en la lectura, así como un estímulo vital, un refugio y un propósito de vida. El personaje central inicia sin saber leer ni escribir y crea vínculos con su padre y su amigo a través de los libros.
La transmisión de conocimiento forma una cadena que la lleva a escribir. Aunque no se explica, es evidente que los libros transmiten valores y una mentalidad positiva. La metáfora de que el libro de Hitler sea pintado y sirva de base a la historia de Liesel, implica que el objeto en si mismo es sólo un formato y que las ideas incorrectas no deben transmitirse y debe ser superadas.
Geoffrey Rush se luce como Hans, Emily Watson aunque con poca participación tiene algunos momentos para brillar y Sophie Nélisse es encantadora. Mención especial merece el niño Nico Liersch que interpreta al vecino Rudy y aguanta el desprecio de Liesel hasta el último momento. (Ab.)
Hoy es Día del Libro, no te hará daño compartir esta reseña.
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