BlackBerry - Matt Johnson (2023)


La historia de ese teléfono canadiense, hoy olvidado, llamado BlackBerry, está en Amazon y vale la pena verla. Genios creativos que no saben de negocios, necesitan saber que para vender el alma al diablo no se requiere una sesión espiritista en noche de luna llena con gente enmascarada y una navaja para cortar la propia carne y sangrar. La oficina del Diablo está decorada con máscaras. Para hacer el pacto con él basta una pluma y un papel en un un garage un día cualquiera de sol inclemente lejos de todo glamour. Los negocios necesitan dos partes, un producto (de preferencia bien diseñado que atienda una necesidad real) y un vendedor ambicioso que sepa moverse entre los grandes capitales. Así, un par de nerds con impulso creativo arman el teléfono, y un tipo ambicioso empuja el producto entre quienes los llevarán a la cima. Insisto, el diablo no llega en una escoba, puede viajar en un BMW y sus colmillos son invisibles para los distraídos. Quizá esta cinta tuvo mala suerte porque fue estrenada a mitad de una ola de mercadotecnia fílmica llevando como escudo un producto olvidado. Los Nike Air, Mario Bros, Ferrari, etc. siguen vivos y todavía generan ventas.

Quizá por eso es más interesante BlackBerry. Sabes que va a triunfar y que después fracasará. Pero esa es también su desventaja, el final es triste. Termina en un estrepitoso colapso que no puede ser ocultado. Es una tragedia. Lo que fácil llega, fácil se va.  El homenaje a los hombres que cambiaron el mundo es minúsculo.

Nunca tuve un BlackBerry. Ni siquiera sé si me hubiera gustado. Tampoco tuve una Palm. Pero ambos productos tenían gente que los defendía a muerte y los promovía sin cobrar por ello. La técnica de manipulación es exhibida en la cinta. 

Pero volviendo a la historia, está tan bien contada que es imposible no emocionarse. Es una versión posmoderna de Macbeth, el descenso a la locura a través del éxito. Lleva una maldición en cada puntada que construye su camino. El producto nace del trabajo en equipo, de la imaginación, el conocimiento y la visión de un genio. Pero todo su recorrido está sembrado de bombas que terminan por explotar.

Para colmo, hay un tipo odioso de nombre Steve Jobs que pone en el mercado un producto salvaje que hoy tiene esclavizadas a millones de personas. Es curioso que el iPhone todavía lleve el nombre TELÉFONO. Si lo piensas bien, llamar a otra persona se ha convertido en un tabú. El primer contacto normalmente es por escrito aunque los modales del celular no han sido establecidos.

BlackBerry fue un producto que tuvo una breve ventana de éxito, pero su impacto fue tan grande que resulta entendible el apego de su creador. Es como un gambusino que descubre oro y después se rehusa a abandonar el río porque no puede aceptar que el metal se terminó. 

Todo lo que sube tiene que bajar. Es así con todo. Nace, crece, se reproduce y muere. Ese es el ciclo que rige a los vivos, a los imperios, a los productos. No sabemos qué será lo que matará al iPhone, pero estoy seguro que morirá. La lección de negocios es siempre saltar del barco antes de que se hunda. Debemos aprender a soltar. Nada es para siempre. (Ab.)

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