El triángulo de la tristeza está en Amazon. Este director debe tener sexo con alguien importante en la industria del cine para que sus películas sean consideradas dignas de festivales, muestras, premios y nominaciones al Oscar. Lo único positivo que puedo decir es que tiene muy claro su estilo. Son comedias simplonas que no hacen reír. Quizá el público europeo las encuentre verosímiles, pero ningún mexicano de a pie puede tomarlas en serio. Desde que vi
The Square (2017) me sentí decepcionado. Ésta es más de lo mismo. Pretende ser crítico, pero no puede. Entiendo que Suecia es un país con un nivel de
vida promedio muy superior al mexicano y que desconoce la violencia cotidiana que nosotros y buena parte del mundo vive. Sus circunstancias hacen que sus filmes se sientan tibios y bobos. Esta cinta es una mala adaptación de
Lord of the Flies (El señor de las moscas) novela de William Golding.
La cinta comienza presentando a un modelo rubio llamado Carl y una modelo morena llamada Yaya. Explica de manera ágil que las mujeres en esa profesión ganan mucho más que los hombres y nos permiten ver que su relación es una farsa muy conveniente para ella. Yaya no siente nada por Carl, le parece un buen pedazo de carne que menosprecia y manipula. Carl, como todos los enamorados, es un estúpido.
La pareja de modelos es invitada a un viaje en yate con multimillonarios. En la embarcación nos presentan a un empresario ruso capitalista que hizo su dinero vendiendo abono y al capitán ebrio que se dice marxista. Una noche de tormenta las cosas se salen de control.
El día comienza con el mar en calma, el sol en todo lo alto y la tripulación aseando. De pronto, el barco es atacado por piratas y explota una granada. Muy pocos náufragos llegan a la costa y hay un reorganización del poder con base en los escasos talentos de supervivencia.
Sólo una mujer, que trabajaba como jefa de intendencia en el barco, sabe prender fuego y pescar. Todos los demás son una bola de inútiles, sin imaginación, ni inteligencia. Se podrían morir de hambre esperando a ser rescatados porque son civilizados.
Lo que debería reventar en lucha de poder en la que los dos hombre jóvenes y fuertes dominarán la situación termina en una utopía matriarcal que tiene por objeto subrayar la imbecilidad y ausencia de coraje de los varones.
El final es predecible desde el primer rebuzno del burro. Y la muerte del burro es una evidente estupidez propia de gente incapaz de pensar aunque su vida dependa de ello. Supongo que el director sólo trata con la gente rica estúpida y cree que puede tratar al público como si fueran tarados. Si hubiera habido un mexicano entre los náufragos, hubieran rodado cabezas. (Ab.)
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