Den skyldige - Gustav Möller (2018)
EL CULPABLE está en Amazon y aunque es un filme chapucero, utilizo este termino de la abuela por lo básico de su realización, lo retro de su premisa, vale la pena verlo porque permite llegar a conclusiones importantes. Quien haya estudiado un poquito de historia del radio sabe que La guerra de los mundos fue una novela escrita por Herbert George Wells en 1898 que Orson Wells transformó en guión de radio en 1938 y que puso a temblar a la población de Estados Unidos. Aunque la película El culpable no trata sobre una invasión extraterrestre, el mecanismo es el mismo. La película es tramposa porque no muestra nada, todo el trabajo lo hace nuestro cerebro. La cinta se centra en seguir a un policía que nunca sale de su oficina y brinda ayuda de emergencia a quienes marcan. Por una parte, hacer un filme así es mucho más barato que hacer uno del modo convencional; sin embargo, el impacto no puede ser el mismo. Es decir, escuchar un choque no es igual que verlo. El problema radica en que resulta difícil tragarse un filme así porque la trampa que se ejecuta sobre el protagonista descubre la que se aplica sobre el espectador. Ese es el defecto de la cinta y también su virtud. Utiliza tu imaginación para mantenerte entretenido del mismo modo en que tu papá te leía historias antes de dormir.
Esta cinta que pasaría sin pena ni gloria, hoy se vuelve trascendente porque los noticieros insisten en que no salgamos de casa mientras utilizan nuestra imaginación para pintar una situación de peligro de vida o muerte. El mensaje del filme es claro y contundente, sacar conclusiones con una sola fuente de información te deja indefenso. Si sólo atiendes una versión de los hechos eres manipulable. Si no confrontas la información sacas conclusiones estúpidas. Es necesario verificar que lo que te cuentan es cierto para no ser engañado.
Esta cinta muestra la naturaleza crédula de los humanos. Incluso cuando alguien no intenta engañarte es posible que tus prejuicios lo hagan. No basta decir que la corrupción se acabó para que se acabe. Pero si decides creer, será difícil que aceptes el engaño. La cinta juega con dos escenarios: a) el externo, el caso de secuestro que el policía intenta resolver; y b) el íntimo que se relaciona con los secretos y la situación emocional del protagonista.
En ambos escenarios hay manipulación. La realidad se convierte en una narrativa en la que no importa mucho el mundo real. Lo importante es lo que hacemos creer a nuestros semejantes. ¿Una enfermedad que mata al uno por ciento de la población mundial amerita un encierro de nueve meses? Lo amerita si escuchas una sola versión de los hechos y no te das el tiempo de atender otras fuentes ni de analizar fríamente los hechos. Si lo piensas bien. Si piensas en los peores escenarios de manera fría te darás cuenta que aunque el virus es real y puede ser mortal está siendo utilizado como control social. Volviendo a la cinta, el engaño funciona. La situaciones descritas apuntan a la entraña.
Si te gusta esta reseña incrédula, compártela. (Ab.)
Comentarios
Publicar un comentario