Delicious - Nele Mueller-Stöfen (2025)

 DELICIA en Netflix es un filme bien realizado, lindo, que crea tensión, pero es una bobada. Todo lo técnico es correcto, parece una copia de Voraz (2016) de Julia Docournau, pero en una playa francesa. Una casa de lujo y fotografía luminosa son el gancho, pero el guión de este filme hace agua por todos lados. Una familia alemana de dinero (papá John, mamá Esther exitosa empresaria de familia rica, hijo mayor adolescente Philipp e hija menor adorable Alba), van a Francia a disfrutar unos días en la casita de verano de los abuelos, sin los abuelos. Pero la directora y guionista subestima a sus personajes, porque supone que una  pareja de adultos alemanes es lo suficientemente tonta para ser destruida por una regordeta chaparra cara de chango y pelo de Mafalda española. Resulta que un grupo de meseros que trabaja en un hotel se dedica a fingir accidentes para sacar dinero de los clientes ricos, porque son un grupo de resentidos sin educación que suponen estar haciendo la revolución con sus timos. Son vulgares, viven con odio y se sienten listos. Pero ahora le toca a la desagradable Theodora.

Parece que la directora fuera una tonta WOKE que hubiera escuchado por primera vez la canción Five to One de los Doors: 

Five to one, baby, one and five

No one here gets out alive

Now, you get yours and I get mine

Gonna make it baby if we try

We all get old and the young get stronger

May take a week and it may take longer

They got the guns but, we got the numbers

Gonna win you we're taking over

La directora subestima a sus personajes alemanes, una sola resentida gorda es capaz de atontar a un adolescente, manipular a una mujer exitosa, robarle la credibilidad a la hija pequeña y  pasarle por encima al padre. Aunque logra crear tensión, la cinta resulta ridícula desde su inicio. 

Es absurdo que dos adultos y un adolescente puedan creer que, después de golpear con el automóvil a una mujer en la carretera, el único daño es una cortada en el brazo. Una cortada sin moretón. Si revisaran el espejo, aseguro que ni piel tiene. No pos guau.

Luego de darle primeros auxilios y dinero, que la supuesta víctima logre meterse a la casa pidiendo trabajo de domestica es inverosímil y estuve a punto de quitarla pero me gustaron la actriz Valerie Pachner y la fotografía, y me cayó bien la niña Alba (Naila Schuberth), sólo por eso seguí viendo.

En plan chofer, o te sigues como si nada o todos sabemos que sale más barato un funeral que un hospital. En plan chantaje, todos sabemos que los chantajes no tienen fin. Nadie debe ceder ante alguien que te pide dinero con una amenaza. ¿Me estás leyendo Shamebowl? No hay razón para que una mujer de negocios como Esther no sepa negociar con una mesera inmigrante española en Francia. El pretexto de que no puede trabajar y que la despidieron por higiene es tan ridículo que ni el adolescente debería creerlo. En plan turista con dinero, la llevo al hotel restaurante y pido hablar con el gerente. 

Pero si el inicio es tonto, el final es muy ridículo. Ni John ni Esther  meten las manos para defenderse. Perdón, pero ante una situación así, si me atacan seis con que le saque los ojos a uno me doy por satisfecho. Y es que Esther puede atacar a otra mujer y John está en su casa. Me vas a decir que no hay un rifle o una pistola ni nada que puedas tomar para llevarte a uno entre las patas. Y la cinta pudo haber sido buena si en vez de querernos dar clases de justicia social, se dedicara a matar por pura diversión. Si hubiera tomado medio día para pensar mejor un engaño inicial, si las víctimas tuvieran algún impulso defensivo y no se dejarán asesinar con resignación. Si esta directora cree que los ricos se dejarán degollar como ovejas por la multitud de pobres, necesita quitarse los zapatos y hacer contacto con la tierra. (Ab.)

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