Conclave - Edward Berger (2024)
CONCLAVE estuvo nominada al Oscar y, gracias a Dios, no ganó. El final es tan ridículo que arruina todo el resto. Supongo que a nadie sorprende hoy que los cardenales sean unos corruptos marca Diablo y no tienen razón para dejar de serlo durante la elección del nuevo pontífice. Es cierto que la película atrapa, principalmente por la actuación de Stanley Tucci al que no estoy acostumbrado a ver en plan de hombre decidido. También por ver a Isabella Rossellini callando todo lo que sabe y a Ralph Fiennes más perdido que Bad Bunny al intentar mejorar su dicción. Incluso provoca curiosidad ver la reproducción de la Capilla sixtina y las habitaciones del Papa y sus colegas. La cinta explica con claridad porque es posible que el sustituto de Francisco sea africano y se mantiene en tono realista casi hasta el final. Lo más descabellado de la cinta es la existencia de un candidato mexicano. No hay en este país un ambiente de respaldo hacia la Iglesia porque tiene una larga historia de complicidad y sólo excepciones en la búsqueda de justicia. Tan es así que en los últimos años las congregaciones protestantes han crecido mucho y el colectivo LGBT parece tener más fuerza e influencia ante el gobierno que el Vaticano.
Los candidatos a Papa son: el italiano Tedesco tradicionalista y más mafioso que Vito Corleone; Tremblay con demasiados secretos por proteger; Adeyemi que ya se siente en la silla; Bellini una mosca muerta en toda regla; el misterioso caballo negro Benitez; y el inocente resentido Lawrence encargado del cónclave. La historia sigue a Lawrence intentando que la votación sea limpia pero haciendo lo posible por evitar que gane Tedesco. En el camino descubrirá las trampas de los candidatos para hacerse de votos y sabotear a sus oponentes.
La historia comienza a torcerse cuando Lawrence, organizador de la elección se transforma en candidato. En el fondo, se encuentra la disyuntiva de la Iglesia entre volver al pasado (misa en latín, Papa Italiano y mano firme en el rechazo de los pecadores) o seguir por el camino falso de la inclusión para ganar seguidores.
El conflicto de intereses entre 1) mantener y ampliar la base de creyentes que generen ingresos para la institución; y 2) respetar los mandamientos de Dios, nunca se enuncia de frente. Pero como en cualquier elección, el asunto termina reduciéndose a escoger al menos malo.
La cinta es tan obvia en sus intenciones que, a pesar de la manipulación, cuando se da la discusión entre Tedesco y Benitez, me incliné por apoyar la visión violenta del italiano. Es absurdo aceptar a todos en un club, va contra la naturaleza del mismo.
SPOILER ALERT
El final es bobo. Ya electo el nuevo Pontífice, Lawrence descubre que el elegido tiene matriz. Mañosamente no se entra en detalles. No se aclara si dicha matriz funciona o si sólo es un órgano de un fetus in fetu, no hay un perfil hormonal ni un análisis genético que respalde la idea de que el nuevo Papa sea una mujer. En realidad, parece que al igual que en los casos de gemelo parásito, el tratamiento consiste en removerlo. De modo que no hay duda de que el nuevo Papa es un hombre.
Esto es como nominar al Oscar a mejor actriz a un idiota y hacer que pierda. Mucho ruido y pocas nueces. Donde hubo nueces la voz se queda. Esta cinta es tibia propaganda LGBT que decepciona. (Ab.)
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