Midnight Express - Alan Parker (1978)
EXPRESO DE MEDIANOCHE fue un gran éxito y ahora está en Netflix. En los ochenta, encontré esta cinta en mi casa y la vi varias veces durante mi adolescencia. Por eso me parece increíble que no recordaba gran cosa. Ni siquiera tenía en la memoria lo que significaba "Expreso de medianoche". Tan sólo guardaba imágenes del momento en que se pegaba los paquetes de hachís al cuerpo, la visita de la novia a la cárcel y del final. Por cierto, tuve que googlear hachís porque parece una droga en desuso. Lo que intento decir es aunque había olvidado mucho, tenía una fuerte impresión. Era una especie de pesadilla guardada con los calcetines feos en el fondo del cajón de hasta abajo. La historia es simple, Billy Hayes, un gringo, viaja a Turquía con su novia y se le ocurre comprar 10 kilos de hachís para revender entre sus amigos y ganarse una lana. Pero está nervioso y aunque logra pasar el primer filtro del aeropuerto, cuando se entera que habrá una segunda revisión es incapaz de calmarse. Sólo logra que su novia no se vea involucrada.
La policía, que andaba buscando armas, lo detiene y le ofrece un trato. La cinta no se detiene en explicar las razones de Billy, pero acepta el trato y después lo rompe. Parece confiado en que sería fácil escapar. Incluso, da la impresión de pensar que 10 kilos no es un delito grave.
Obviamente, el trato se cancela y Billy va a la cárcel. La cinta se centra en su vida como recluso en las cárceles Sultanahmet y Bayrampaşa, así como el psiquiátrico durante el periodo que inicia con la muerte de Janis Joplin (3 de octubre de 1970) hasta octubre de 1975.
Billy Hayes es un tipo real que escribió el libro autobiográfico en que se basó este filme. Pero la película no es fiel al libro y el libro tampoco fue fiel a la realidad. El filme hoy no parece tan impresionante. Lo más rudo es el abuso sexual. Pero ahora me resulta imposible ver a Billy como víctima inocente, creo que fue un tonto y pagó el pato.
Lo más relevante de esta cinta no es el retrato de la prisión, tanto Lecumberri como Alcatraz lucen más cabronas incluso ahora que no son prisiones. Lo interesante es que el mundo sigue empeñado en la estúpida lucha contra la venta de drogas. Sinceramente me importa un pepino quién las vende y quién las consume. Uno es un comerciante y el otro, un pelmazo; pero la prohibición ha creado un fenómeno que rebasa la adicción.
El narcotráfico es ahora el primer paso en la escuela del delito y las organizaciones criminales han tomado control del precio del limón y el aguacate. El negocio es tan grande y reparte tanto a los gobiernos que 50 años de fracasos no han sido suficientes para eliminar la prohibición. Poderoso caballero es Don Dinero. (Ab.)
Si te gustó esta reseña, compártela con un viajero internacional.
Comentarios
Publicar un comentario