À bout de souffle - Jean-Luc Godard (1960)
Sin aliento es LA PELÍCULA de la Nueva Ola Francesa. Dicen que marcó un antes y un después en lo que refiere a edición. Sabemos que lanzó a la fama a Jean-Paul Belmondo y a Jean-Luc Godard, su director, ganador del Oso de Plata por mejor dirección en la Berlinale de 1960. Además, consolidó la carrera de Jean Seberg. Todo eso es historia y parecen cuentos de un mundo olvidado. Lo cierto es que a casi sesenta años de su estreno, la cinta conserva un sabor excepcional, casi novedoso. Hay en ella un desasosiego constante, una angustia, un brío, una desesperanza, que acompaña perfectamente el carácter de los personajes protagónicos. La narrativa visual padece una dislexia que va y viene alternando con momentos de aparente calma.
En Sin aliento somos testigos de los últimos días de Michel Poiccard, alias Laszlo Kovacs, un ladrón de autos que mata a un policía, pasea por París para cobrar un dinero, al tiempo que roba a quién se cruza en su camino e intenta acostarse con Patricia Franchini, una gringuita bipolar que vende periódicos y que apenas trabaja para el New York Herald Tribune.
La insatisfacción de los personajes está en toda la cinta. Fuman, mienten, estafan, juegan, son unos niños inquietos que necesitan estar en movimiento y no saben qué hacer con sus vidas. Este filme es la representación cinematográfica de Satisfaction de los Rolling Stones. "Entre el dolor y la nada, prefiero la nada" dice Michel en claro desafío a William Faulkner.
No puedo imaginar cuál habrá sido la sensación de la gente que asistió a su estreno, y verla tanto tiempo después es un poco raro. Hoy puedo reconocer la influencia de esta película en gente que quizá nunca la vió. Es decir, en mi mente, este filme tiene relación con Don Gato y su Pandilla, aunque no podría explicar exactamente por qué lo creo. A la vez, conocí mujeres que afirmaron estar embarazadas tan sólo por saber cuál era mi reacción. Además, mi padre vivía tenso, siempre alerta, cuidándose de no ser víctima de cualquier carterista en la calle.
Este filme no sólo participó en la creación de la Nueva Ola Francesa, también forjó miedos y mañas de una generación. Si ya la vieron, felicidades. Si no la han visto, muevan mar y cielo para verla. (Ab.)
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