Indiana Jones and the Dial of Destiny - James Mangold (2023)

Disney Plus subió esta cosa y aunque la primera hora es demasiado nerd, aburrida y pro judía, después mejora. Indiana Jones era un personaje práctico que logró fama por matar con pistola cuando se le retaba a un duelo con espadas. Pero el realismo que lo caracterizaba aquí sale por la ventana y los guionistas se suben al tren del mame de los viajes en el tiempo. La fantasía en Indiana Jones era de otro estilo. Una cosa es el Arca de la Alianza y otra, muy diferente, es que el mecanismo de Anticitera, una especie de computadora astronómica que se encuentra en un museo, se convierta en una máquina del tiempo que un científico nazi quiere utilizar para matar a Hitler y ganar la guerra dirigiendo a Alemania. Pero quizá la alocada historia es culpable sólo de la mitad del fracaso. La otra mitad, es responsabilidad del casting. No es posible que pongas a actor como Mads Mikkelsen en un personaje de relleno y le des un protagónico a la desagradable Phoebe Waller-Bridge. 

La cinta está tan mal que Antonio Banderas resulta el más agradable de los famosos en los 30 segundos que aparece; Toby Jones no logra aportar nada y el niño Ethan Isidore se roba cada escena casi sin hablar. La cinta lleva el nombre de Indiana Jones y Harrison Ford debería ser la pieza clave de la aventura.

Quizá por cansancio apagué el cerebro y me dejé llevar. Pero las lanzas romanas alcanzando y derribando un avión de la Segunda Guerra Mundial me sacaron de la ficción y fue imposible recuperar el ánimo después de ese momento. 

Esta cinta parece escrita por una muy poco inteligente inteligencia artificial. Armó la película como un robot haría una sopa. En una abundante base líquida de locaciones exóticas y peleas, añades pocos buenos, muchos malos, un par de estrellas, una pizca de viaje en el tiempo y dos datos curiosos. Listo, sírvase en un plato caliente de publicidad y condimente al gusto con nostalgia y falso homenaje.  

Por Dios, los Baby Muppets hacían mejores capítulos de Indiana Rana. Los que no conocían a Indiana se quedaran pasmados por la torpeza del héroe. Y los que conocimos las películas buenas de la franquicia nos sentimos decepcionados con esta conclusión. Si al menos hubieran permitido que Indiana se quedara con Arquímedes, el viaje hubiera sido mítico. Con este final, la película pudiera ser una mal sueño producto de la senilidad del arqueólogo. Esto es el ejemplo perfecto de cómo destruir una franquicia con un solo golpe. (Ab.)

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