Charlatán - Agnieszka Holland (2020)
La vida al interior de los sistemas totalitarios es siempre difícil. Charlatán es una cinta excelente que captura con elegancia los problemas que implica tener una vida ajena a la burocracia de una dictadura. La historia es la biografía de Jan Mikolášek (1889-1973), un jardinero checo que se transformó en herbolario y operó como médico sin jamás haber pisado la escuela de medicina. Cada vez que escucho a alguien burlarse de los remedios naturistas, me pregunto: ¿Cómo creen que rellenan las cápsulas de medicina alopática? Supongo que viene de la Luna en un tubo larguísimo que aterriza en las farmacéuticas. Pero la ignorancia nunca ofende, siempre da risa. Volviendo al filme. La cinta muestra el momento en que este hombre descubrió que tenía el don de curar; el proceso de aprendizaje para diagnosticar observando muestras de orina; su trabajo cotidiano; sus momentos de ocio; su relación con la familia y el modo en que descubre a su secretario y ayudante.
Jan atiende a un montón de gente por correo y a otros tantos que hacen fila afuera de su casa. Así se gana una buena reputación que es puesta a prueba y reconocida incluso por las autoridades nazis. Sin embargo, con la llegada del régimen comunista y la muerte del líder pierde la inmunidad que le había sido concedida. Los nuevos cuadros del partido lo ponen en la mira y la narrativa oficial lo convierte en un estafador que abusa de los pobres proletarios.
El doctor aguanta el rechazo y el título de enemigo del estado con tal de continuar ejerciendo. Pero el partido y la pinche envidia que todo corroe son enemigos duros. Los comunistas no soportan la idea de que exista alguien capaz y con talento que genere bienestar y obtenga beneficios sin necesidad de alinearse. La gente está tan loca que, incluso la hermana de Jan que recibe dinero, se siente humillada.
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