The Roses - Jay Roach (2025)
Disney Plus tiene esta joya que obliga a recordar la Guerra de los Roses (1989). THE ROSES hace una revisión actualizada de la relación de pareja y el divorcio pero conserva el conflicto original por la casa. La cinta de 1989 (que sólo la ví una vez) me hizo salir del cine con el corazón espantado. No puedo asegurar que mis recuerdos correspondan a la cinta, pero aquella película me pareció más dura, realista y cruel que la nueva. Aquella me marcó y ésta me divirtió. Cabe señalar que ambas cintas están basadas en la misma novela de Warren Adler, pero son muy diferentes. La pareja inglesa en THE ROSES, está formada por Ivy (Olivia Colman) una chef insatisfecha y Theo (Benedict Cumberbatch) un arquitecto frustrado. Se conocen por casualidad y dejan Londres para vivir en California. Hay un choque cultural, pero él consigue trabajo diseñando un museo naval, mientras ella se hace cargo de los hijos. La vida quiere que Theo haga el ridículo profesional e Ivy tenga éxito con un restaurante de mariscos. Los roles tradicionales se invierten. Theo queda a cargo de sus hijos, mientras Ivy se convierte en una empresaria exitosa y famosa.
La incomodidad va creciendo porque Ivy siente que le han robado a sus hijos y Theo busca el reconocimiento de su talento como arquitecto. El divorcio es posible una vez que los hijos dejan el hogar. Pero las cosas suben de tono y el pleito por la casa se convierte en una batalla.
La química entre los protagonistas es muy buena, quizá porque sus físicos son lo que se espera de una chef y un arquitecto, quizá porque él parece más joven y guapo que ella, quizá porque ella es más natural, relajada, divertida y carismática que él. A él le falta sabor, a ella le falta belleza.
Kate McKinnon se roba la pantalla en cada escena en que coquetea con Benedict. Ncuti Gatwa y Jamie Demetriou también se roban la escena cuando se los permiten pero tienen poquísimas oportunidades. Por su parte, Andy Samberg y Allison Janney aportan sin opacar a los protagonistas.
Además de la comedia física resultan particularmente divertidos los diálogos. Pero son tan veloces que es necesario estar muy atento. No te puedes distraer, no hay pausas para pararse por un café o ir al baño. Esta cinta exige atención. La recompensa vale el esfuerzo.
Mención especial merecen tanto los paisajes y locaciones, como Zoë Chao. Parecen puro relleno pero no los son. Los sitios porque dan tono a las acciones, las playas parecen calmadas y dulces o tormentosas según sea necesario. Mientras que Zoë, con casi nada que hacer, luce simplemente bella para recordar al arquitecto que su pareja es, estéticamente, insuficiente. (Ab.)
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