The Conjuring: Last Rites - Michael Chaves (2025)
EL CONJURO 4: ÚLTIMOS RITOS, en HBO Max, es un producto que no supo transformar las ideas de tres guionistas en una historia interesante. No leí el guión pero al ver la cinta te das cuenta de que todo está allí, mal puesto pero está. La idea es que Lorraine Warren está embarazada cuando asiste a una casa embrujada. Ya que en este caso el portal de los demonios es un espejo, cuando ella toca el espejo los demonios se apoderan del alma de la no nacida que lleva en el vientre. Lorraine siente dolores de parto y es llevada al hospital pero el bebé nace muerto. Los doctores se rinden, pero Lorraine pide a su bebé y entre sus brazos con plegarias el cadáver recupera la vida. El bebé será una niña llamada Judy. Los demonios que perdieron la batalla tienen nexo con Judy y volverán por ella. Pero la cinta se desvía a que Judy ya creció y tiene novio y tiene mala relación con sus poderes para contactar con los espíritus. La joven Judy es medio tonta y su canción para alejar las visiones parece parodia. Además, la cinta presentan a los Smurl, una familia grande que tuvo la desgracia de que el abuelo comprara el espejo endemoniado para una de sus nietas.
Hay varios guiños para hacernos entender que las tres cabezas que decoran el espejo, son las cintas anteriores, es decir las amenazas vencidas por los Warren, Bathsheba, la Monja/Valak y Anabelle, a la vez que son el asesino y las dos víctimas que marcaron el pasado rural de la casa detrás de los cuales hay amenazas más inteligentes.
El director no supo contar que Lorraine y su hija deben vencer de nuevo a los demonios involucrados en el parto, y al dar espacio a personajes irrelevantes como el sacerdote o la abuela, la historia pierde fuerza y se hace pesada.
Distraen mucho y diluyen el miedo las alucinaciones y las guapas Mia Tomlinson (Judy Warren), Beau Gadsdon (Dawn Smurl), Madison Lawlor (Lorraine Warren), Kíla Lord Cassidy (Heather Smurl) y Rebecca Calder (Janet Smurl). Mientras que Patrick Wilson (Ed Warren) es absolutamente irrelevante en esta entrega. Para colmo el final feliz sobre la larga vida de los Warren y su familia extendida se siente totalmente innecesario.
La cinta tenía una buena historia que contar, la revancha de los demonios que no habían olvidado a la bebé. Sin embargo, el filme pierde de vista a los Warren y se engolosina con los Smurl. Quizá fue un descuido, quizá la máquina del dinero obligó a dejar abiertos muchos hilos para otras historias. (Ab.)
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