Eternal Sunshine of the Spotless Mind - Michel Gondry (2004)

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos está en Amazon. Aunque puedo reconocer que se trata de una buena película, sigo sin entender las razones para que la gente disfruta de verla. Recuerdo haber asistido al cine con la idea de ver una locura de Jim Carrey y haber salido entre decepcionado y molesto. Fue mi culpa asistir con una expectativa equivocada. Verla 15 años después, aunque ya no hay decepción, no fue satisfactorio. Supongo que me molesta ver a un humano sufrir desesperado por la atención de otro. Evidentemente yo he sufrido y llorado por algunas mujeres, pero no me parece aceptable. Es una tontería. Si una persona no te quiere, sólo queda dejar que se vaya. Es más fácil decirlo que hacerlo. Pero si tienes en mente que está mal andar sufriendo es más fácil salir del hoyo. En fin, ver a dos personas que se lastiman cuando dicen amarse me repele y esa es la historia de esta cinta. Joel se enamora sin razón y Clementine acepta la relación por falta de opciones. En algún momento ella se harta y acude con un médico loco a que le borre los recuerdos. Después él hace lo mismo y, contra todo pronóstico, se vuelven a encontrar.  

Revisando papeles, hoy me topé con esta frase: El que ama no sabe qué ama, ni por qué lo ama, ni qué es el amor. Creo que esto es cierto en la película, la pareja dice amarse y están convencidos de ello, pero son incapaces de definir qué aman del otro, ni en qué consiste su amor. Yo he pasado por eso y no se lo deseo a nadie. Supongo que por eso no soy capaz de disfrutar el filme. 

El amor de pareja implica cierto grado de locura, un poco de sin sentido y un poco de estupidez. Amar aunque puede ser muy sabroso, rico y feliz, siempre es absolutamente irracional. Se ama porque sí. En ocasiones, al amar se arrastran ideas idiotas de experiencias pasadas y ese equipaje frecuentemente hunde el barco. Clementine se define y pone reglas desde el inicio y Joel acepta todo sin pensar, sin aceptarlo de verdad. No hay un compromiso, no hay un plan, no hay intimidad. Sólo hay soledad con ganas de desaparecer. No encuentro provechoso ver fracasar a una pareja sin nada en común. Para mí es evidente que estos amantes se harán daño hasta que uno no pueda más. 

Por otra parte, lo formal es muy interesante, el color del cabello de Clementine ayuda a marcar los saltos en el tiempo y además sugiere el estado de ánimo. Los trucos de cámara son interesantes y creativos y la música aporta una atmósfera especial. Por lo que refiere al elenco, lo que más disfruté fue la presencia de Kirsten Dunst, guapísima, brincando sobre la cama. Tom Wilkinson resulta ser un personaje desperdiciado, un tipo listo del que sabemos muy poco y sólo al final descubrimos uno de sus secretos quizá incluso la motivación para construir el aparato. Jim Carrey triste no me gusta. Kate Winslet nunca me ha parecido atractiva y en este filme me parece odiosa, casi fea.  Mark Ruffalo y Elijah Wood son de relleno. 

Por otra parte, el método para olvidar es ridículo. Requiere deshacerse de todo lo que haya forjado algún recuerdo con la persona, pero no requiere que cambies los muebles ni el auto ni que cambies de casa. No tiene sentido. La vida de pareja inunda los sitios, desde la regadera hasta la cocina. Es imposible extraer de tu vida todo lo que te puede recordar a una persona sin perder en el proceso parte de tu personalidad.

Supongo que simplemente no hay química entre este filme y yo. No nos amamos. De cualquier modo, creo que está bien construido y que toca un tema universal. Del amor no correspondido y del dolor que provoca nadie se salva. (Ab.)

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