Deadpool 2 - David Leitch (2018)
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Como ya estamos amenazados con el inminente estreno de una tercera parte, me di la oportunidad de volver a ver la original (2016) y caí en la trampa de ver la segunda. Reconozco que exageré en mi crítica de la primera entrega. Supongo que mi desagrado se debió a que la cinta rompió la fantasía de los superhéroes. Es decir, Deadpool significa la muerte de todos los protagonistas de Marvel y DC porque subraya con crayón rojo todos los defectos de esas historias. Reconozco que no soy un conocedor de los productos de Marvel y que me resulta confusa la fijación que tiene el personaje con Wolverine. A ratos lo envidia tanto que quiere ser él y a ratos lo utiliza para tejer fantasías sexuales. Supongo que Fabian Nicieza y Rod Liefeld tomaron como base a Wolverine para crear a Deadpool y de allí su extraño vínculo. No lo sé, pero es posible que hayan decidido hacer la otra cara de la moneda. El ingrediente principal de su crítica y, por lo tanto, de Deadpool es la inmortalidad. Si el super