Season of the Witch - Dominic Sena (2011)

TEMPORADA DE BRUJAS está en Amazon y ya que tiene a una bruja como eje e impulso de la trama y a Nicolas Cage y Ron Pearlman como protagonistas, resulta imposible resistir la tentación de verla. La cinta cuenta que Behmen y Felson, cruzados muy efectivos en la tarea de matar musulmanes se cansan de la vida que llevan y desertan. Se convierten en fugitivos que posteriormente son reconocidos y capturados. Para evitar la cárcel aceptan la tarea de llevar a una bruja, la responsable de la peste negra, a un monasterio para que allí se realice un ritual que termine con la maldición de la enfermedad. Aunque hace un bosquejo de las Cruzadas y la absurda persecución de brujas en Europa , no se trata de una aventura que pretenda alguna veracidad histórica. Es sólo un cuento que usa como contexto algunos hechos que marcaron la Edad Media. 

Me pasé esperando que se mencionara al Malleus Maleficarum como instrumento en la identificación y ejecución de brujas. Pero no pasó, quizá porque se supone que buscan el Libro de  Salomón, y mencionar al Martillo de las brujas significaba rebajar los rituales especializados del Rey al nivel de las ocurrencias de dos monjes dominicos desquiciados.

La aventura está bien llevada y resulta muy convincente. Claire Foy logra mantener esa actitud ambigua entre chica inocente y bruja omnisciente. Cage se las da de inteligente y Pearlman es una gran mascota adorable, fuerte y obediente. Todo camina bien. Sin embargo, al llegar al monasterio, la puerca tuerce el rabo. El realismo escapa por la ventana y la película se convierte en una lucha macara contra cabellera de los cruzados contra el demonio y todos sus amigos. 

El filme se convierte en una cosa que sufre de los defectos absurdos de todo exorcismo. El demonio es omnipotente, lee los pensamientos de los hombres y podría acabar con un ejército en un pestañeo, pero termina sucumbiendo ante el impulso puro de los hombres y unas frases en latín. No digas manadas, Meryjein. (Ab.)

Si te gustó esta reseña, compártela con un cristiano o con una bruja.