Benedetta - Paul Verhoeven (2021)


Esta cinta es sobre política, no es sexy, no es porno. Había escuchado cierto revuelo por las escenas de sexo. No te engañes, es mercadotecnia combinada con gente mojigata. Si te escandaliza que una mujer se masturbe o que las monjas tengan deseo sexual, tienes menos de 8 años o te urge ir al psicólogo. Si no sabías que los sacerdotes tienen amantes e hijos, investiga un poco sobre el padre Maciel. La película no dice nada nuevo, pero su mensaje es relevante por los tiempos que corren. Si buscas sexo, te vas a aburrir. Es una cinta política con el buen tino de estrenarse durante esta interminable época de la COVID. Aunque la cinta cuenta la historia de una monja que vivió en Italia en el siglo XVII, resulta muy vigente el asunto de la peste y la doble moral de los poderosos. Aplica perfecto para analizar a AMLO y su monopolio sobre la voluntad del pueblo (sólo él la puede leer y administrar) o para revisar el dominio de la OMS y las farmacéuticas que nos traen jodidos con sus opiniones eclesiásticas sobre el bicho, las vacunas y su persecución de los herejes. 

Es cierto que por encima parece una ataque a la Iglesia, al machismo y a la hipocresía, que si rascas un poco observarás que el peor enemigo de una mujer es otra mujer, pero en el fondo está el poder y los trucos de los farsantes que convencen a la gente de tonterías imposibles y convierten a sus seguidores en fanáticos.

Nada hay peor en este el mundo que el fanatismo. En la cinta es evidente que la gente se ciega y ve lo que le dicen que vea. Hay una escena en que una monja denuncia el fraude y señala el objeto con el cual la protagonista se realizó una herida. Nadie lo ve, nadie duda de la palabra de la nueva mesías. Claro, el miedo a la enfermedad hace su parte.

La cinta insiste en el dogma, menciona constantemente a San Francisco de Asís como referencia. Las cosas sólo pueden ser de un modo, el aprobado, el registrado. Sin embargo, en las discusiones es evidente la lucha por el poder. La escena del fuego es un pleito de tribuna política que termina en linchamiento. 

Benedetta es una farsante, una mentirosa que toma el poder y resulta difícil quererla porque aunque brilla por su inteligencia, es igual o peor que sus rivales. Todos mienten, todos abusan,  todos son corruptos, todos aman el poder y gozan del sexo, en resumen, simples humanos. Los personajes interesantes son nefastos y el resto es una pila de borregos. Incluso la hermana Cristina, que pelea por decir la verdad, lo hace para recuperar los beneficios que el poder le brindaba. Realismo crudo.

Por lo que refiere a las actuaciones, Charlotte Rampling aburre en su papel de mala que ya hizo en la serie Dexter o en Red Sparrow (2018). Virginie Efira, ni está tan buena, ni es bonita y tiene el doble de la edad que se supone tiene su personaje. Daphne Patakia hubiera estado mucho mejor como Benedetta pero llena a tope los zapatos de su Bartolomea. Louise Chevillotte se roba la cinta con los cinco minutos que aparece. Lambert Wilson, el Merovingio de Matrix Reloaded (2003), está igual siempre.

Insisto, la cinta no es novedosa y sólo impresiona mojigatos, pero su mensaje sobre los peligros del fanatismo me parece vigente y necesario. Ademas exhibe algunos trucos de la manipulación social. Si quieren ver algo sexy, mejor vean Basic Instinct (1992) o Nine 1/2 Weeks (1986). (Ab.)

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