Superlópez - Javier Ruiz Caldera (2018)
Superlópez es una comedia española que puedes ver en Netflix y que se burla descaradamente de la historia de Supermán. Algunos quizá ya saben que supermansito es el héroe que merece todo mi desprecio. No hay mérito en nacer en otro planeta, tener mucha fuerza, volar, echar fuego por los ojos y ser sólo lo que la biología quiso que fueras. Quizá por eso disfruto de ver ridiculizada la figura del alíen pseudohumano. Es cierto, se trata de una comedia boba que se burla del mismo modo en que Scary Movie (2000) lo hizo de las películas de terror. Sin embargo, hay un par de detalles que la hacen interesante para los mexicanos y no, no me refiero al acento de la madre patria. Me refiero al modo en que educan al superniño. "Clavo que sobresale pide martillo" dice el padre adoptivo al infante. "Ellos no pueden ser como tú, pero tú si puedes ser como ellos". Resultado: López se vuelve un idiota, flojo, bueno para nada. Y yo pensando que esa mierda era una idea mexicana. Cuando es un germen español.
Después, una joven considera una estrategia publicitaria la aparición del héroe y se suelta diciendo: "España no es un lugar para un superhéroe. Alemania quizá, tienen ese carácter; pero España no".
"En este país, para ser feliz hay que ser mediocre". Me lleva la chingada, yo pensando que México había inventado la mediocridad y resulta que hasta eso es herencia cultural. Me pregunto si no habrá modo de que España nos obligue a olvidar el castellano y el Vaticano prohiba el cristianismo en México. Cuando menos que nos excomulguen a todos.
Ya en serio, este filme sirve para pensar en qué estamos haciendo mal. Yo no siento que estemos en la senda correcta. Ya es tiempo de sacudirnos los traumas y construir algo. No es posible que la vida se mida en sexenios. No se trata de olvidar el pasado, se trata de hacernos responsables del presente. De dónde venimos, ya no importa. No somos hijos de los extraterrestres, no tenemos superpoderes, pero no hay razones para aferrarnos al subdesarrollo. Debemos confiar en nuestras capacidades y dejar de poner pretextos. A fin de cuenta eso es lo que enseña el filme. Ya decía el príncipe de la canción: "Ya lo pasado, pasado. No me interesa". No necesitamos un Jesucristo que nos ordene: "Levántate y anda". Caminemos pues. (Ab.)
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