El complot mongol - Sebastián del Amo (2019)
No tiene ni un año que leí El complot mongol y aunque me lo habían recomendado mucho, el texto
no me conquistó. No estudié letras, no me consideró un experto, mi impresión es
tan válida como la de cualquier otro lector, pero me decepcionó, me pareció una novela ligera, con
intención de entretener, cuyos principales méritos son la coherencia, su ágil
narrativa y la ausencia de complicaciones. Por lo que
refiere al filme de 2019, me parece que las acciones se apegan mucho al texto, pero
el tono que utiliza es incorrecto y magnifica algunas de las carencias de la novela. El complot mongol no es absolutamente serio, pero
el sentido del humor del libro es más sutil y oscuro. La cinta cae en la trampa
de usar muchos colores, gente famosa y un sentido del humor estúpido, el mismo
que ha usado en la serie de remakes y comedias románticas con que el cine
mexicano pretende convertirse en industria.
Por seguir al texto, la película carece de ritmo. Es un coche que avanza poco pero cuando se mueve lo hace a gran velocidad o a trompicones. Al inicio, no me gustó la selección de Damián Alcazar para Filiberto García, yo me lo había imaginado más alto y fuerte. Sin embargo, conforme avanza el filme Damián luce más cómodo y termina convenciendo. Tampoco me gustó que
Filiberto, se dirija al espectador. Eso me pareció lo
más fácil y lo menos creativo.
En contraste, Barbara
Mori como Martita es mucho mejor de lo que mi imaginación había logrado. Van
a decir que el personaje es plano y se diluye, les diré que es exactamente
igual que en la novela.
Roberto Sosa y Ari Brickman están muy bien. Pero los demás parecen no haber leído la novela ni el guión. Moisés Arizmendi está mal caracterizado y parece cualquier cosa menos ruso; Eugenio
Derbez está bien caracterizado pero su voz del personaje de la familia peluche
no viene al caso; Lisa Owen hace el oso; Rodrigo Murray sale de Rodrigo Murray
y a Javier López no le creo nada, ni le creo que haya sido Chabelo. ¿Quién
dirigió a estos actores?
La película no es satisfactoria para quienes hayan leído el
libro y tampoco para quienes van al cine con la intención de reír de
estupideces. Sólo sirve para los fans de la Mori. Aunque se recurrió a algunas
locaciones y se nota el dinero en el vestuario y la ambientación, los espacios
tienen esa apariencia de telenovela que rompe el tono de la intriga y los
asesinatos. Por cierto, la pelea en el baño es tristísima. El que hizo la coreografía
la hizo sin ganas o debió exigir al director que grabará de nuevo la escena.
Otra cosa que llama la atención es que la historia se cuenta
de manera lineal. Si bien esa es la manera más sencilla de hacerlo, es también
la más sosa. Seguramente es mejor película que cualquiera de Manolo Caro, pero
se nota el miedo a no ser divertida. Todos los personajes sonríen en algún
momento como invitándonos a sonreír también. ¿Acaso tienen miedo de aburrir? (Ab.)
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