Ruido - Natalia Beristain (2022)

RUIDO está en Netflix y es una bomba. No se trata de que descubras nada nuevo, se trata de abrir esa herida que ya portas y que finges no sentir. Ruido es la historia de una joven mexicana desaparecida y la búsqueda que realiza su madre. Es casi un documental. Se llevan a alguien y destruyen una familia. Pero eso ya lo sabes, lo has visto en todos los noticieros. Ya sabes que se las llevan los narcos o los tratantes de blancas, que el gobierno encubre lo que sucede, que las madres buscadoras son amedrentadas, que las jóvenes salen a protestar sin que las autoridades pongan en práctica una medida que mejore la situación. Sabemos todo y seguimos sin encontrar la receta, sin hacer algo que evite las desapariciones y muertes de mujeres. Hace un tiempo, en una sobremesa, un amigo me decía: Mientras tú estés bien, lo demás ¿qué te importa? Esa actitud nos ha trajo hasta aquí. Sólo me ocupo de mis asuntos, hasta que esa entidad oscura que pensaba lejana toca en mi puerta. Pero si no paramos la enfermedad, si no ayudamos a los otros, la enfermedad crece y terminará por herirnos. 

Que la gente no tenga escuela, que venga de familias rotas, que no aprendan a pensar, que no tengan oportunidades, que carezcan de autoestima permite que la enfermedad crezca. Crece porque no hay nada que pueda detenerla. Por que no hay opción. Esos que vemos como los otros, todos los que no forman el  "nosotros", también nos miran ajenos, como si no fuéramos de la misma especie. Como si fuéramos moneda, mercancía, ganado o insectos que están allí para que ellos hagan un poquito de dinero. 

Cuando la gente habla de la descomposición social se refiere tan sólo a que el otro no me interesa, su bienestar no me importa y eso significa que mi entorno se deteriora. No somos islas, no vivimos desconectados. La descomposición social avanza fácilmente cuando me miro el ombligo y no digo nada.

La cinta acompaña a la madre a buscar en baldíos, a citas con autoridades que tienen otras prioridades y otros negocios, a recorrer caminos buscando una pista o un testigo. Hay otros en ese vía crucis y sólo ellos se identifican con la búsqueda.  Pero en la oscuridad, hay ojos escondidos que están interesados en que dejes de buscar, en que te calles, en que el miedo te detenga, te encierre y te destruya. 

Unos cuantos, los peores, están en la frontera entre los que buscan y los que matan. Son los cómplices que se han convencido de que sólo se ganan la vida, sólo siguen órdenes, no hacen nada malo. Y todavía hay gente que defiende al gobierno, que cree que sus colores son la salvación del país, sin darse cuenta que la distancia es la que propició todo. Siguen pensando en izquierda y derecha como si fuera 1984, siguen creyendo en un mesías que miente como respira y que insiste en un discurso que parte a la gente en NOSOTROS y ELLOS. Las muertas de Juárez son la prueba de que los políticos no tiene intención ni capacidad de solucionar nada. Desde 1994 han pasado gobiernos de todos colores sin que nada cambie. No vendrá nadie a rescatarnos. No es posible seguir esperando el milagro, hace falta ensuciarse las manos.

Las víctimas se suman. Nadie ve nada, nadie sabe nada, son millones de ovejas controladas por unos cuantos lobos. Nadie puede dar información, el criminal manda porque reparte dinero, amenazas y violencia. Las jóvenes que intentan hacer RUIDO son pocas y son atacadas por la autoridad. ¿Por qué no estamos todos allí? Yo tengo mujeres en mi familia. ¿Tú? ¿Haremos algo? La cinta no ofrece soluciones. Hay tanta desconfianza que encontrar apoyo parece imposible. La cinta sólo intenta hacer RUIDO suficiente para que nuestra actitud cambie. Ojalá lo logre. (Ab.)

Mientras tu silencio sea cómplice, nada cambiará. Comparte esta reseña con todos.