UN DOLOR REAL, en Disney Plus, es una comedia fallida. El filme nunca alcanza el tono, no me sacó una sola risa. Lo que debería ser una sátira de los jóvenes hipersensibles, termina convirtiéndose en una justificación de la inestabilidad mental y la debilidad de carácter. Un par de primos judíos, gringos, viajan a Polonia y se suman a tour de lujo para visitar lugares conmemorativos del holocausto y la que fuera la casa de su abuela. Jesse Eisenberg, estancado en su imitación de Woody Allen, y Kieran Culkin, en plan mentalmente inestable, van arruinando el viaje para el resto del grupo. La pareja viaja fumando mariguana, peleando y recordando heridas familiares que a nadie interesan. Por principio de cuentas, hacer un viaje a Europa con el único propósito de visitar sitios conmemorativos de la muerte me parece una tontería. No hay un sólo museo de arte, no hay un lago o una cascada, no hay un templo. Así que esta cinta, debió hacer énfasis en la crítica de un tour de ese nivel y ...