Este filme, hoy en Max, fue un gran éxito que hizo mucho ruido y ganó 4 premios Oscar. Pero verlo hoy es muy diferente. Quizá tengas un buen recuerdo de su música o sus actuaciones, pero te reto a verla y no sentir un poco de asco. En teoría aportaba a la empatía y la igualdad, pero sostiene estereotipos raciales que hoy son desagradables. Los contrastes son evidentes. El pobre es negro y analfabeto, recibe instrucción y trabajo de sus patrones judíos, Miss Daisy, una maestra de escuela y Boolie, un empresario exitoso. Los negros, tanto Idella, la doméstica, como Hoke, el chofer, sirven a sus patrones soportando todo tipo de desplantes que incluyen pedir permiso para orinar. Idella se muere trabajando en la cocina y el chofer invierte todo su trabajo en el bienestar de su familia, mientras que el judío paga sin esfuerzo a los empleados negros al servicio de su madre. El chofer compra el auto que el patrón desecha y cuando no puede seguir conduciendo no se da el lujo de pagar un chofer