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A pesar de que Top Gun (1986) fue una película mala, esta nueva entrega superó todas mis expectativas. Puedes escuchar el podcast o continuar leyendo. No sólo por recuperar lo que pasó en la primera, incluyendo a Meg Ryan, Anthony Edwards y Val Kilmer, también por saber traer nuevos elementos que dan riqueza a la cinta. Mención especial merecen la guapísima Jennifer Connelly y el contenido Miles Teller. Esta cinta tiene el mensaje invencible de que más importante que la tecnología es el humano que la utiliza. Puedes corroborarlo cuando falla el Waze y no sabes usar un mapa. No sé si consciente o inconscientemente humilla a Star Wars (1977). La misión es exactamente la misma que la de Luke Skywalker, es necesario recorrer un cañón para llegar a un volcán y entrar al cráter en el que es necesario disparar con alta precisión para que estalle la estrella de la muerte. Claro que para entrar y salir se suman dificultades y no basta un sólo tiro, es necesario que otro avión haga lo mismo.

Casi sin historia, apenas con un pretexto, este director se lanza a construir una aventura que nunca comienza y que parece el piloto de una serie de acción. La cinta comienza mostrando una fiesta que acaba antes de comenzar. Una familia japonesa es atacada en Osaka y sólo una niña, una bebé, es rescatada. Los años pasan y esa niña es ahora una joven de 21 años que vive en Sao Paolo aprendiendo kendo. En un hospital de la ciudad despierta un tipo violento de habla inglesa que dice no recordar nada. Le muestran una katana. No recuerda ni su nombre pero sabe usar el arma y resulta que esa espada tiene voluntad y está sedienta de sangre . La espada escoge a su dueño y obliga a los humanos a matarse. Todo en esta cinta es fantasía extrema, Sao Paolo son 4 lugares a los que todos asisten en repetidas ocasiones y la cinta es sólo un pretexto para admirar a MASUMI.  Muchas peleas, muchos balazos, muchas persecuciones, todas evitables con una pizca de estrategia. Pero si los personajes de esta

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Los dioses deben estar locos es una película diferente a todo lo que se hace hoy. No hay una sola escena de pantalla verde. No tengo idea si usaron un león domesticado y un rinoceronte de plástico pero no parece. Antes de seguir debo confesar que marcó mi infancia e instaló en mí el mito del buen salvaje. La historia tiene dos hilos: por una parte un bosquimano del desierto del Kalahari (Namibia, Botswana y Sudáfrica) (finge) que nunca ha visto un botella de vidrio vacía, sospechosamente de Coca-Cola, y después de probar que se trata de un objeto maligno que roba la armonía de su aldea decide deshacerse de ella para siempre; por la otra, un inglés medio tarado que estudia la fauna quiere ligarse a la nueva maestra rural. Para que esas lineas se enreden un grupo rebelde escapa cruzando la zona. La película es mitad falso documental, mitad comedia de pastelazo. Pero tiene un montón de escenas que rayan la acrobacia y que hoy utilizarían dobles de acción. Al inicio la idea es burlarse de

Uno de los creadores de Delicatessen (1991) refina la receta y la endulza para hacer AMELIE. Aunque esta cinta fue un gran éxito había olvidado por completo la historia. La ví y no podía recordar nada, para mí era una cursi historia de amor. Sin embargo, sabía exactamente las respuestas a los misterios de la cinta. Recordaba los detalles. Y creo que esa es la virtud y el problema de esta película. Los detalles son lo importante, ese es su mensaje y así se muestra. Es un filme totalmente congruente con su idea: la vida es una colección de detalles (momentos, gestos y objetos). La estética y el estilo, incluso algunas bromas, han sido copiadas en otras cintas, por ejemplo: La vida secreta de Walter Mitty (2013). Y creo que en general Amelie influyó mucho en los hipsters, hasta que el teléfono celular y el internet nos rescataron invadiendo todo. La idea de vivir en un pueblito en el que todos somos amigos a pesar de que nos hacemos chingaderas de vez en cuando es insufrible. El persona

Las fuerzas de la naturaleza es una comedia que tiene como víctima el mito del matrimonio feliz. El protagonista es Ben (Affleck), un joven escritor de solapas residente en Manhattan quien contraerá matrimonio con Bridget (Maura Tierney) en Savannah, Georgia. El viaje es un vuelo de 2 horas o por carretera aproximadamente 1,500 km. Aunque los novios deberían viajar juntos, el infarto del abuelo de Ben lo retiene. Un día después Ben intenta tomar el vuelo pero un accidente que involucra una gaviota muy gorda, convierte el aeropuerto en un caos. Ben se encuentra con Sarah (Sandra Bullock) y pretende viajar por tierra compartiendo gastos. Todo tipo de sorpresas retrasarán la llegada de Ben a Savannah. Quizá recuerdes un filme más reciente pero muy semejante que hicieron Robert Downey Jr. y Zach Galifianakis con el título TODO UN PARTO   Due Date (2010). En aquella el par de hombres se odian y en esta la pareja siente mucha atracción. Sandra se roba la pantalla con su presencia divertida y

INSTINTO PELIGROSO está en Netflix y es palomerísima. No sólo rescata a Famke Janssen y Mel Gibson, también tiene como protagonista a Scott Eastwood. El joven imita los gestos de su padre en el rol de rudo sin sentimientos que intenta recuperar su corazón. El tipo, en libertad condicional y con brazalete para monitorearlo, está en tratamiento psicológico cuando llegan a su departamento a matarlo. Obvio no lo logran porque es un arma mortal y ni con pastillas puede negar su verdadera naturaleza. La trama es casi boba, pero lo importante es ver que un sólo hombre puede acabar con un equipo de delincuentes y vengar la muerte de su hermano. Quizá sea interesante que haya una base naval con submarinos extranjeros en una isla en Washington. Pero lo mejor es que toman la historia del oro o tesoro de Yamashita (que debería estar en Filipinas), para inventar esta historia loca. Es un churro, pero bien entretenido con niño psicópata, rubia tonta (Destiny Millns) y abuela resentida (Brenda Bazine

Hasta un reloj descompuesto da la hora exacta dos veces al día. Netflix apuesta por una comedia española de pareja dispareja con dosis de feminismo y quedó muy graciosa. O quizá la veo muy graciosa por las expresiones y los acentos. Los españoles siempre me han parecido mitad  engreídos mitad tontos y aquí son tal cual. El niño rico abogado lleva a sus padres al multifamiliar de la periferia para que conozca a la familia de su futura esposa instructora de gimnasio. Hay personas que no deberían conocerse y bodas que nunca deben celebrarse, pero la gente siente la maldita necesidad de celebrar rituales. A los ricos, literalmente les falta barrio, así que la espantada suegra fifí es dominada por la ágil prometida y se hace cargo de planear la boda. Los preparativos van cocinando un nuevo romance que me tomó por sorpresa. No cuento más. Usando el cliché y la tontería, la historia se transforma en otra cosa. Una donde las mujeres deben aceptarse y reconciliarse, mientras los hombres sirven

Si Netflix truena, no será una sorpresa. Por cada cosa buena que compran o hacen, suben 500 porquerías. Alguien pensó que era buena idea poner esta mierda en la plataforma y no sé cuáles fueron sus razones. Como si se tratara de un anuncio comercial de la agencia de viajes de la Toscana, este filme pretende vender queso, vino y paisajes. Obvio que hay gente que quiere conocer Italia, imagina que la gente viaja a Las Vegas para perder dinero. No es malo hacer publicidad de un destino, pero esta publicidad es aburrida, predecible y tonta.  Un chef danés amargado debe viajar a la Toscana para recibir su herencia. Pero no la quiere porque su padre fue mala persona. Viaja para vender el lugar. Al llegar se pone odioso y la mesera lo trata como perro. Nadie podría imaginar que acabarán teniendo sexo y por eso debes sorprenderte cuando sucede. Resulta que se amaban desde niños y no pueden evitar amarse a pesar de que ambos son feos, odiosos y sufren en silencio por Dios sabe qué. Hay que sufr

Al filo del invierno junta a dos de los actores más insufribles de los últimos años. Por una parte en el rol de padre fracasado que quiere competir con el nuevo esposo de su ex por el amor de dos hijos que no le importan un pepino, el inexpresivo y aspirante a galán Joel Kinnaman. Como contraparte, en el papel de adolescente carente de carisma que quiere y no puede convertirse en hombre, el pequeño y frágil el aspirante a arácnido Tom Holland. Como fiel de la balanza un niño que termina por joderlo todo. La historia es simple, la guapa pelirroja se va de vacaciones con su esposo y deja a los hijos con su padre. Pero el padre no los conoce, no sabe que están consentidos que nunca han hecho nada y que carecen de criterio porque son demasiado jóvenes. Los chicos tiene excusa pero el adulto no. Todo lo hace al aventón y de pronto sufre unos ataques de ira muy ridículos. Don papá idiota les enseña  a usar un rifle. Y casi por erro matan una liebre. Lo que debería ser un festejo se conviert